Policías heridos en la Penitenciaría ‘están vivos de milagro’, dice médico
Desde la puerta de la habitación 315 del hospital de la Policía Nacional, en Guayaquil, Abigail Arteaga Valencia mira con nostalgia hacia adentro. Sus ojos se humedecen. Se quita la mascarilla. Llora. Está sola. Sola, para acompañar a su hermano Luis quien, como ella, es policía, y hoy yace en una cama de hospital: La violencia criminal estuvo a punto de arrebatarle la vida en la Penitenciaría del Litoral, durante un enfrentamiento entre Los Lagartos y Los Choneros.
Sucedió el lunes, luego del mediodía. Los reportes policiales indican que, en una reyerta entre bandas criminales, fallecieron doce privados de libertad, la mayoría integrantes de la banda narcodelictiva Los Lagartos; además, también resultaron heridos cinco policías. Tres de gravedad, con proyectiles: Luis Arteaga perdió un ojo; Álex Basantes sufrió fractura de tibia y peroné, y lesión vascular; Efrén Villamarín recibió un disparo, cuyo proyectil pasó cerca a la femoral; en tanto, Adrián Franco y Carlos Ruiz sufrieron golpes y contusiones.
Lo que sabe Abigail es que su hermano estaba en una torre, haciendo vigilancia desde lo alto; y hasta allá le llegó un impacto de bala. Durante la visita de la ministra de Gobierno, María Paula Romo; y del comandante de la Policía, Patricio Carrillo, Paúl Morocho, médico neurocirujano que está atendiendo a los policías afectados, dio un informe sobre cada uno de los heridos.
La frase repetida del galeno, cuando se refirió a los policías que fueron heridos de bala, fue: “Están vivos de milagro”. Y explicó que Luis Arteaga había recibido un impacto de bala a nivel de globo ocular derecho. Ese diagnóstico dio algo de tranquilidad a Abigail, porque su hermano no tuvo afectación en el cerebro. No obstante, esa tragedia no llegó sola a la familia Arteaga Valencia. Ayer, la esposa de Luis perdió al nonato, de casi tres meses, que llevaba en su vientre. La noticia del ataque criminal afectó a la mujer, y abortó, según contó Abigail.
Sobre Álex Basantes y Enfrén Villamarín el médico indicó que se les había realizado las intervenciones quirúrgicas necesarias por las heridas causadas. Álex, quien vive en Quito, era el más entusiasta durante la visita de las autoridades. “Me siento más tranquilo con la operación, porque sé que puedo salvar mi pierna, al principio temía porque creí que la perdería”, dijo. A él, además de operarle tibia y peroné, debieron restaurarle tejido vascular.
Sobre el Comando del GIR Efrén Villamarín, el doctor Morocho comentó: “Ha vuelto a nacer, esto es un milagro”. La razón: El proyectil que entró a su muslo derecho no ocasionó ninguna lesión ósea, pero estuvo a punto de dañarle la femoral. El paciente escucha al médico y se muestra tranquilo. Aspira su pronta recuperación, porque quiere volver a su trabajo.
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“Tómense todo el tiempo que necesiten para recuperarse, para tranquilidad de sus familias”, les expresó la ministra Romo, durante la visita solidaria que les realizó. En tanto, el General Carrillo les animó a tener la fortaleza para asimilar el momento trágico que atraviesan, y que cuentan con todo el respaldo de la institución, para todo el proceso de recuperación.
Esa es la aspiración que también tiene Abigail para su hermano. Ora para fortalecerse y poder darle apoyo. Reconoce que está muy triste por la doble pérdida que él ha sufrido. Pero tiene fe que pronto podrán volver juntos al recinto Charquiyacu del cantón Caluma, en Bolívar. Allá, además de sus padres, también está Celso, su otro hermano policía. Quiere abrazarlos a todos, para llenarse de fortaleza y agradecer a Dios por el milagro de vida que ha recibido Luis. (I)