La Policía y los moradores de Guápulo se reunieron ayer para hablar sobre los jóvenes que fueron quemados cerca  de la Unidad de Policía Comunitaria del sector.

Bolívar Tello, jefe del Distrito Manuela Sáenz, desvirtuó las acusaciones de que los uniformados estaban en estado etílico, el sábado pasado, cuando ocurrió el incidente, negando así la acusación de Juan Carlos Cóndor, familiar de uno de los fallecidos.

Los jóvenes fueron quemados y arrojados en unos matorrales. Esto ocurrió alrededor de las 23:30. La Policía llamó a los miembros del 911, quienes evaluaron a las víctimas.

“No  los llevaron a un hospital, sino que los acomodaron junto al UPC y se fueron”, señaló Tello y aseguró que  nuevamente llamaron al 911, per  no llegó. Por lo que la Policía se encargó de trasladarlos al Hospital Eugenio Espejo. 

Eder Arroyo, comandante de los bomberos, negó el hecho y aseguró  que no se registró una segunda llamada. Según el parte, uno de los jóvenes iba en ropa interior y el otro vestía un uniforme similar al de un enfermero. 

Arroyo agregó que se encontraban en estado etílico, por lo cual no requerían atención hospitalaria. La noche del jueves, la Policía detuvo a dos sospechosos.

Los familiares de Joffre Romo, sobreviviente del ataque que está hospitalizado, aseguraron que hoy se conocería si le amputan las piernas.