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Pastor ordenó quemar a mujer por “endemoniada”

El juicio se realiza en el Tribunal Penal de Managua. Otra supuesta implicada comparecerá ante los jueces.
El juicio se realiza en el Tribunal Penal de Managua. Otra supuesta implicada comparecerá ante los jueces.
Foto: AFP
03 de mayo de 2017 - 00:00 - Redacción Justicia

La campesina nicaragüense Vilma Trujillo estuvo atada, sin comer ni beber agua, y golpeada durante una semana antes del rito religioso que la condenó a la hoguera, revelaron testigos en el juicio en el que son procesados un pastor y cuatro feligreses, según la agencia AFP.

La Fiscalía acusa de secuestro y asesinato al líder religioso Juan Gregorio Rocha Romero, de 23 años, y los integrantes de la iglesia: Pedro Trujillo, hermano de Vilma, de 26; su hermana Tomasa, de 24; Esneyda Orozco Téllez, cuñada de la víctima, de 25 años; y Franklin Jarquín, de 28.

Este último aseguró que “ella (Vilma) cometió un error ante Dios al meterse con otro hombre teniendo su pareja. Dios la castigó de esta manera y se endemonió, fue un espíritu que se impulsó en ella y cayó sobre el fuego”. 

El pastor dijo “que no le tuviéramos amor, porque ese era el mero diablo, que debía quemarse hasta que quedara solo la cabeza”, declaró el primo de la víctima, Roberto Trujillo, ante el Tribunal Penal de Managua durante el juicio, que estaba previsto reinstalarse la tarde de ayer.

El macabro ritual ocurrió entre el 15 y 21 de febrero en El Cortezal, un poblado remoto de la Mina Rosita, en el Caribe de Nicaragua.

Trujillo, de 25 años, murió el 28 de febrero en un hospital de Managua a consecuencia de quemaduras de segundo y tercer grado en el cuerpo tras estar expuesta a una temperatura de 400 grados, declaró el forense Ricardo Larios.

La hermana menor de Trujillo, Marlene, contó que la vio amarrada en una hamaca. “No me dejaban que estuviera con ella y Juan Rocha dijo que no le hiciéramos caso (porque) tenía un demonio”.

Cuando Roberto Trujillo y su tío Catalino Trujillo, padre de Vilma, llegaron a la capilla para llevársela, la mujer estaba desnuda y había pasado más de cinco horas sobre las brasas. “Pujaba y no podía caminar”, contó con voz apenas audible.

El padre de la víctima relató al tribunal que Rocha no le permitió ver a su hija durante los siete días de encierro en la capilla y cuando fue incinerada le dijo que se había quemado a sí misma.

Las últimas palabras que el hombre escuchó de su hija fueron: “‘Papá, tengo sed, deme agua’, se tomó dos vasos de agua y se quedó sin hablar”. En busca de ayuda médica, la campesina fue sacada de El Cortezal casi 12 horas después hasta el poblado más cercano, a 10 horas de camino a pie.

La abogada del pastor Rocha, Marjourie Taja, dijo que “no la empujaron. La violencia de ella (por problemas mentales) la indujo a irse al fuego, porque es inconcebible que 20 personas que estaban ahí (en la capilla) no la ayudaran”.

El defensor de Orozco, Isidro Trujillo, alegó que su cliente es inocente de los cargos que le imputa la Fiscalía. “Soñar no es delito porque una revelación es eso, un sueño”.

Orozco fue la feligresa que habría dicho al pastor que tuvo una manifestación en la que “Dios le reveló que debían encender una hoguera y lanzar a la víctima al fuego para que el demonio que la tenía poseída la liberara”.

La Fiscalía presentó como evidencias un sostén quemado que era de la víctima, una cuerda y fotografías forenses con quemaduras de Trujillo e imágenes del lugar de los hechos. El médico forense, Óscar Bravo, quien hizo la autopsia de Vilma, reveló que antes de quemarla fue golpeada con un objeto contuso, un palo, quizá, que le hirieron el cráneo.

11 mujeres asesinadas

Las integrantes de la Red de Mujeres contra la Violencia se manifestaron afuera de la Unidad Judicial vestidas de color morado, con pancartas, cruces, flores y consignas: “No son revelaciones, fue femicidio”, gritaban, “se acabó la paciencia, no más violencia”, “no fue revelación, fue el odio del pastor”.

Elia Palacios dijo que Vilma fue víctima de la religión, del patriarcado que la juzgó porque tenía otro marido”. Otra activista opinó que el daño que le hicieron a la joven fue por su condición de mujer, ya que no lo habrían hecho a un hombre en una situación similar. Se aprovecharon de su condición de mujer, de su situación educativa. Hubo partícipes y co-facilitadores del delito y el Estado debe castigarlo.

La red contabiliza al menos 11 mujeres asesinadas en Nicaragua en lo que va de 2017, pese a que hay una ley que condena el femicidio. En 2016 fueron asesinadas más de 70 mujeres por varones.

Al juicio estará convocada otra presunta implicada, Maritza Ramos, quien fue testigo del hecho, de acuerdo con lo narrado a las autoridades por la hermana menor de Vilma. (I)

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