Mishell Cuñas, de 24 años, solo esperó a que su padre llegara al hospital. Le tomó la mano y murió.

La joven falleció el miércoles pasado tras ser arrollada dos veces por un auto. Ese día, Mishell, quien hace tres meses se graduó como ingeniera en Electrónica y Telecomunicaciones, salió a una agencia bancaria. Su padre le pidió que realice un depósito de la empresa familiar, Importadora Cuñas.

Desde ese lugar, ubicado en la Simón Bolívar, bajó a una agencia bancaria en la zona comercial de Cumbayá. Realizó el depósito, pero al salir fue arrollada.

Lo que sucedió es confuso todavía, pero todos coinciden en que una mujer conducía el vehículo. Hay quienes como Miguel, vendedor de la zona, dicen que la mujer al dar retro no vio a la chica y la empujó. Mishell cayó y  todos le gritaron que detuviera el auto, pero no lo hizo, pasando por encima del cuerpo de la joven por una segunda ocasión.

En su afán por huir, la mujer casi arrolla a otras personas que quisieron detenerla. Lo que sí hicieron, quienes se encontraban en el lugar, fue anotar las placas de un vehículo negro, tipo jeep. Y esa información se la entregaron a la Policía, que ese mismo día detuvo al automotor.

La Unidad de Accidentología Vial de la Zona 9, de Quito, efectuó las investigaciones preliminares de este caso. Se realizaron pericias para determinar a la persona que conducía dicho vehículo y así lograr su localización y captura.

El abogado Carlos Quinchuela defiende a la familia de Mishell. Afirmó que se harán nuevas pericias y allanamientos, con el objetivo de llegar a los responsables; sin embargo, indicó que el examen médico a la víctima determinó que su muerte fue violenta y que el arrollamiento le destrozó el tórax. Cree que falleció porque el carro le pasó por encima en dos ocasiones.

Su hermano Kevin Cuñas pide justicia y que se detenga a quien cometió el hecho. Pero, según Quinchuela, el padre de Mishell desea conocer a la mujer que le dejó sin su hija y preguntarle por qué no se bajó a ayudarla. (I)