Michael A. salió de la milicia con una fractura en la nariz y un esguince en el brazo derecho
Los excesivos ejercicios físicos, las extenuantes pruebas de natación en una piscina de agua fría, las agresiones de sus compañeros fueron algunos de los momentos desagradables que recordó Michael A., un afro ecuatoriano que denunció ser víctima de odio racial.
Esta mañana, en el Tribunal Séptimo de Garantías Penales de Pichincha, inició la audiencia de juzgamiento del teniente de infantería Fernando E. P. por el presunto delito de odio por tratos degradantes contra Michael A., excadete de la Escuela Militar Eloy Alfaro de Quito.
Para esta audiencia de juzgamiento, la fiscal Gina Gómez de la Torre, solicitó la versión de 64 testigos, en su mayoría compañeros del ciudadano afro por ser los que más presenciaron los hechos en donde se registraron una serie de maltratos en su contra.
En una primera intervención la fiscal señaló que el cadete recibió un trato "discriminatorio y degradante".
Michael A., que también rindió su versión, aseguró que el teniente lo sometió a ejercicios físicos excesivos, además tampoco se le permitía comer y cuando lo hacían, no lo dejaban sentarse al lado de sus compañeros.
El excadete, quien ahora se encuentra cursando la Universidad, relató que le ordenaban realizar turnos de guardia en una semana seguida, sin relevo y sin descanso. "Yo quedaba muy cansado", repitió.
Aseguró que frecuentemente recibía insultos por parte del teniente. "Me decía inútil, sucio, “negro vago”, inservible", comentó.
También narró que permanecía más tiempo que el resto de cadetes en una piscina de agua fría conocida como "la fosa", lo que le causó hipotermia, también le ordenaban ducharse en agua fría a horas de la madrugada. Incluso fue obligado a boxear hasta 10 peleas con cuatro compañeros al mismo tiempo. En uno de esos episodios, sufrió una fractura en la nariz y un esguince en el brazo derecho.
Gómez de la Torre indicó que luego de que Michael A. se dio de baja fue sometido a un examen médico, el cual determinó que se encontraba en buen estado de salud. No obstante, tras un chequeo particular se conoció que el joven tenía una fractura en el tabique.
El caso se conoció tras la denuncia presentada ante la Defensoría del Pueblo. Ramiro Rivadeneira, titular de dicho organismo, se presentó en la diligencia. Manifestó que no emitirá ninguna opinión hasta que concluya el juicio. La diligencia se retoma mañana.
