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El Telégrafo
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Los reos daban órdenes desde la Penitenciaría

Los reos daban órdenes desde la Penitenciaría
09 de diciembre de 2013 - 00:00

Sonia, una madre de 39 años, reveló que cuando su hijo, al que llamaremos "Lucas", estaba recluido en la Penitenciaría del Litoral se comunicaba todos los días mediante un celular de última tecnología que, según dijo, logró ingresar a la cárcel pagándole 50 dólares a un guía de tratamiento penitenciario. El precio varía dependiendo la marca.

"Todos los días y a cualquier hora lo llamaba o chateábamos; me enviaba fotos, era como tenerlo cerca. No sé cómo, pero la señal era perfecta; los reos tenían mejores celulares que los que uno se compra tras meses de trabajo", expresó la mujer. “Lucas” fue trasladado junto a más de 3.600 presos al nuevo Centro de Rehabilitación Social Regional Guayas N. 8, ubicado a pocos metros del anterior, en el Km. 17.5 de la vía a Daule.

José Serrano, encargado del Ministerio de Justicia, mencionó durante el cambio realizado el pasado lunes que las cárceles fueron convertidas en “espacios de perfeccionamiento de las técnicas y prácticas delincuenciales”, desde donde además los antisociales continuaron manejando a las bandas por el acceso a la comunicación.
"El control ahora será estricto con el objetivo de que el Centro de Privación Zonal No. 8 no se convierta en lo que era la Penitenciaría del Litoral", acotó el Ministro.

Desde hace una semana, Sonia experimenta la mudanza de su vástago. Aseguró sentirse un poco tranquila, pues ya no debe pagarle diariamente a un "caporal" del pabellón “Sol Naciente” para que le garanticen que Lucas esté bien.

"Una vez porque no pagó un dólar le dieron con un garrote en un brazo. Los cinco meses que mi hijo estuvo en esa cárcel me representaron un pago de 150 dólares semanales y antes de eso, cuando recién fue apresado tuve que dar 350 dólares por su seguridad, tenía que hacer préstamos y por eso estoy bastante endeudada", comentó.

Un agente que se reservó su identidad mencionó que no bastaba con ingresar los celulares. Los internos tenían aparatos que cortaban el trabajo de los desinhibidores de la señal de las antenas de las operadoras, otros poseían teléfonos conectados directamente a un satélite de comunicaciones. Asimismo, existían líneas convencionales instaladas desde afuera del penal por las alcantarillas.

"La idea es evitar que los delincuentes sigan operando desde las cárceles. En muchos operativos realizados en la ciudad se descubrió que los integrantes de bandas eran contactados desde adentro de los reclusorios, no solo vía telefónica, sino también por las redes sociales, pues hasta computadoras portátiles introducían".

En este mes, en un operativo realizado en el sur de Guayaquil, precisamente en las ciudadelas Valdivia, Floresta y la cooperativa siete lagos, se detuvo a seis personas implicadas en actos de sicariato, microtráfico, tentativas de asesinato, entre otros delitos.

Personal de la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial confirmó que según las primeras investigaciones ellos fueron ordenados por sus líderes, quienes permanecen recluidos uno en el penal Gacía Moreno de Quito y otro en la Penitenciaría del Litoral, en los pabellones que faltan por reubicar.

Medidas en la nueva cárcel
En el nuevo Centro de Rehabilitación, según destacó el uniformado, se han implementado importantes medidas de seguridad que evitarán que esta situación se repita. Por ejemplo resaltó la ausencia de conexiones eléctricas donde se pudieran enchufar aparatos, las más de 600 cámaras para monitoreo permanente de todos los rincones del reclusorio y la preparación de los agentes de tratamiento penitenciario para evitar la corrupción.

A esto se suma el nuevo régimen de visitas en el que las personas privadas de la libertad (ppl) deben ganarse el privilegio de ver a sus familiares o allegados con disciplina, asistiendo a talleres y teniendo sus celdas en buenas condiciones.

Sonia podrá visitar cuatro veces al mes a su hijo que está en los pabellones de mínima seguridad. "Siento que el infierno que vivía en la Penitenciaría ya se terminó. En el nuevo Centro de Rehabilitación los van a reclasificar por mínima, mediana y máxima seguridad, así se van a evitar riñas entre miembros de diferentes bandas delictivas o que los más fuertes se aprovechen de otras personas", agregó.

Lady Zúñiga, presidenta del Consejo de Rehabilitación Social, señaló que en el nuevo modelo de gestión lo importante es tener una combinación el trabajo de reinserción y la seguridad.

“Hay que ir seleccionando personal idóneo para Agentes de Tratamiento Penitenciario (ATP) y formarlos para que puedan acceder a una carrera que les permita tener un rango, asimismo que estén dentro de un sistema de disciplina y obediencia. Tenemos varios filtros de seguridad como el circuito cerrado que nos permite observar todo lo que pasa dentro”.

Para Zúñiga, los inhibidores de señales no son la única solución, sino también otras medidas como la falta de conexiones eléctricas. Sin embargo, lo más importante -según destacó- es que para todos hay un plan de rehabilitación que los ayudará a tener la mente ocupada y les dará opciones para su vida y alejarlos de las actividades ilícitas”.

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