Apenas recuperó el conocimiento, luego de la operación a la que fue sometido el cabo de Policía Luis Barros, herido en el hombro y la cabeza por un presunto asaltante, con voz trémula dijo al ministro del Interior, José Serrano, “logré que no roben a la señora”, mientras apretaba la mano del funcionario.

Esa frase conmovió a Serrano que expresó su total respaldo al gendarme que se recupera de sus heridas en el Hospital de la Policía.

Serrano manifestó que no es posible que los uniformados tengan que esperar que los delincuentes disparen primero para luego responder. “Como ministro del Interior de este Gobierno, doy a conocer que los policías tienen todo el respaldo del Estado para actuar bajo el uso progresivo de la fuerza, antes que los delincuentes desenfunden las armas, como pistolas o cuchillos”.

Además, aclaró que no se pondrá en riesgo la vida de la señora que iba a ser víctima de robo ni de ningún otro ciudadano.

Los uniformados en situaciones de riesgo siguen protocolos específicos de uso progresivo de la fuerza enmarcados en el respeto irrestricto a los derechos humanos, sostuvo el general Lino Proaño, jefe de Estado Mayor.

El oficial señaló que el policía usa el arma de dotación para defenderse en casos de riesgo para sus vidas y de los demás.

Proaño destacó la acción del uniformado herido “a pesar de que recibió 2 balazos nunca tuvo la intención de eliminar al agresor e hizo disparos no letales, por eso el presunto delincuente tiene una herida a la altura de la pantorrilla”.

El neurocirujano del Hospital de la Policía Fernando Erazo explicó que decidieron no extraer el proyectil alojado en la parte frontal derecha de la cabeza del uniformado Barros, ya que se encuentra en una zona que podría comprometer su vida.

El uniformado Barros ya está fuera de peligro e iniciará la rehabilitación. “Este tipo de herida podría provocarle en el futuro convulsiones o epilepsia por lo que el tratamiento será a largo plazo”, dijo el médico. (I)