Lautaro Ojeda: “La Policía es vista como fuente laboral”
La reincorporación de elementos policiales, que han sido separados de la institución por su presunta vinculación en actividades ilícitas, se ha vuelto un tema polémico en los últimos meses. Más aún cuando oficiales del alto mando revelaron -hace más de una semana- que un número considerable de agentes han sido beneficiados con los amparos constitucionales otorgados por los jueces para que regresen a las filas de la entidad del orden. Para el catedrático Lautaro Ojeda, esta es una situación que debe ser analizada de forma interna.
¿Qué representa para la Policía que “malos” elementos sean sacados y luego restituidos a las filas de la institución a través de amparos judiciales?
Este es un antecedente de impunidad que no debe darse. Es inconcebible que esta imagen sea mostrada a la ciudadanía que de por sí ya no confía de manera plena en la institución.
¿Cómo controlar entonces la corrupción dentro de la institución?
Se pueden implementar estrategias, pero la corrupción no es un problema de las instituciones. En este sentido los valores humanos de cada persona influyen mucho; la educación recibida durante su formación educativa y en el hogar es el pilar fundamental. Una institución no puede pretender cambiar a una persona a través de charlas de ética y moral.
El fenómeno de la corrupción no es solamente nuestro, sino del mundo entero.
No es desconocido que las redes del crimen organizado tienen relación a nivel mundial; a los corruptos no les interesa acabar con una institución, lo que a ellos les interesa es beneficiarse del Estado.
¿Qué tan útil será crear un sistema de competencias y operaciones?
Espero que esto sirva realmente para no desperdiciar al personal capacitado; la educación es lo fundamental. Muchas veces se capacita a miembros policiales en diversos temas de seguridad, sin embargo, luego, en el campo de trabajo, no existen lugares propicios para su desarrollo y se los termina ubicando en puestos en los que no pueden aplicar lo aprendido.
¿Es loable establecer recompensas a los policías que delaten a malos elementos dentro de la institución y a su vez incentivar a quienes más capturas realicen?
Hay que establecer que la Policía no puede tener dentro de su misma institución a delatores; ese no es el principio que debe regir a sus miembros.
Esas políticas los alejarán de la convivencia humana que deben tener entre compañeros y con la ciudadanía en general.
Al compartir horas juntos, deben tenerse confianza, puesto que en momentos de peligro sus vidas se encuentran en manos de sus compañeros.
Si no existe confianza entre ellos, no existirá un buen trabajo en equipo. Es preciso especificar también en qué se basarán los incentivos por los arrestos.
Hay que tener cuidado para que esto no se vuelva pretexto y se comience a detener o incautar sin razón alguna.
¿Cómo debería formarse un miembro policial?
En lo particular considero que los ocho meses en que se forma un policía es un tiempo demasiado corto para instruir a hombres y mujeres que tienen la responsabilidad de mantener el orden, la confianza y la justicia de una sociedad.
Están expuestos a situaciones complejas cada día, y tal vez el tiempo de entrenamiento que reciben no es suficiente para todo lo que luego deben manejar. La formación policial debería ir ligada a la formación universitaria; no se puede aceptar que si un joven decide ser policía, ya no necesita formarse académicamente.
Por diferentes causas, efectivos jóvenes en edad productiva se quedan sin una carrera cuando salen de la Policía y pasan a formar parte de las personas desempleadas, en condiciones difíciles de supervivencia.
¿Cómo calificar los operativos en conjunto de Fuerzas Armadas y Policía?
No es bueno mezclar las dos instituciones porque inclusive se confunde a la sociedad.