“Desde mi corazón no hallo una forma de expresar el dolor que sentimos”, expresó Samuel Polluquinga, vicepresidente de la Junta Parroquial de Juan Montalvo, parroquia rural de Latacunga.

El 30 de marzo, Yesenia Reinoso fue hallada asesinada en un lugar cercano, donde, en enero, encontraron los restos, presuntamente, de Bertha Chicaiza.

El lunes 1 de abril, en el barrio La Calera, noroccidente de la urbe, encontraron a Jenny Yugsi con signos de estrangulamiento en una acequia, junto a su hijo Matías, de seis meses, ahogado.

Ante estas crueles realidades, familiares, amigos, vecinos, compañeros y autoridades se reunieron la mañana de ayer en los exteriores del estadio del barrio La Cocha para, con pancartas, banderas blancas, globos y pitos, protestar por estos crímenes de mujeres.

“Señor, señora, no sea indiferente, se matan a las mujeres en la cara de la gente”, fueron los gritos de protesta que corearon las aproximadamente 400 personas que participaron en la marcha que recorrió las arterias principales de la urbe hasta la Gobernación de Cotopaxi, en el Centro Histórico.

Allí una comisión, integrada por familiares de las mujeres desaparecidas o víctimas de la violencia, fue recibida por el gobernador Juan Paúl Pacheco, quien fomentará la seguridad con ayuda de las organizaciones sociales.

El alcalde electo Byron Cárdenas se solidarizó con los familiares de las víctimas. A su vez dijo que la ministra del Interior, María Paula Romo, conoce de la inseguridad en Latacunga y se comprometió a conformar una comisión para trabajar en esta temática.

Lucía Pérez, representante de los colectivos de mujeres de Cotopaxi, pidió que se destinen recursos para capacitar a la población femenina en nuevas tecnologías y en defensa personal para evitar que sean víctimas de la violencia.

Tras la reunión, las autoridades firmaron una carta de compromiso para aclarar las muertes violentas, buscar a las personas desaparecidas y fortalecer los sistemas de seguridad. (I)