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El Telégrafo
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La sanción por este delito es de 3 a 5 años y existen agravantes

"Las palabras morbosas son un abuso sexual"

La campaña contra el abuso sexual en el transporte público fue presentada la mañana de ayer en Guayaquil.
La campaña contra el abuso sexual en el transporte público fue presentada la mañana de ayer en Guayaquil.
William Orellana / El Telégrafo
09 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Justicia

Una ruta de respuesta inmediata en contra del abuso sexual se definió para evitar que más mujeres sean víctimas de este delito cuando usan el sistema de transporte masivo Metrovía. Esta acción se realiza en Guayaquil como parte de la campaña ‘Que no te toque’.

Ana Luisa Vallejo, directora de acción social del mencionado servicio, detalla que cuando una persona sea abusada o si alguien es testigo de un abuso debe notificar al conductor del articulado para que active el botón de pánico y en la siguiente estación los guardias de seguridad puedan retener al sospechoso hasta que llegue la Policía. La afectada será conducida a presentar la denuncia, mientras que el abusador, luego de que los agentes elaboren un parte de las novedades, será presentado ante un fiscal.

60% de usuarias afectadas

Vallejo indica que según una encuesta realizada por estudiantes de la Universidad Politécnica del Litoral (Espol), el 60% de las usuarias manifestó haber sido víctimas de abuso sexual en transporte público. Además, el 85% de encuestados reveló que sabe que se registra este delito. “Hay que hacer conciencia de que las palabras morbosas son un abuso sexual”.

Agrega que “lo más frecuente es el conocido como ‘punteo’ que es cuando el abusador acerca su genital al cuerpo de una mujer. Otra modalidad común es que el individuo le agarre los glúteos a la mujer, o se reportan casos de masturbación. Pero se conocen casos, aunque no hay denuncias, de personas que han tocado las partes íntimas de niñas y adolescentes; es decir violación”. Vallejo recalca que lo importante es que esta campaña “se baje de la Metrovía y se suba a todos los buses del país”.

Andrea fue víctima de abuso en un micro y tuvo el valor de no callar. Alertó al chofer y pidió ayuda a los guardias para que detuvieran al atacante. “Pero no todas tienen la valentía de Andrea. Muchas se quedan en silencio por vergüenza o porque no saben qué hacer, otras viven con miedo de volver a subir a un bus o con sentimientos de culpa cuando no debe ser así porque te toquen es un delito”, enfatiza Tatiana Ortiz, directora del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam).

El artículo 170 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece que comete abuso sexual toda persona que, en contra de la voluntad de otra, la obligue a ejecutar un acto de naturaleza sexual sin que exista penetración o acceso carnal. La sanción que establece la normativa es de 3 a 5 años de privación de libertad. Según las agravantes pueden llegar hasta 10 años.

Beatriz Bordes, presidenta de la Fundación María Guare, expresa que esta es una realidad que todos conocen, pero que es invisibilizada. “Hay que sacarla de la oscuridad. Debemos ser solidarios para que las mujeres se sientan seguras de denunciar a los agresores”. Marcela Camposano, de la Fundación Metrovía, informa que los conductores y guardias son capacitados para que sepan cómo actuar.

Dustin Herrera, estudiante universitario, opina que “es indignante saber lo que les puede pasar a las mujeres en un bus. Me da miedo porque pienso en mi madre, en mi hermana que no pueden dejar de salir solas por eso”. María Gabriela insta a las usuarias de todo tipo de transporte a no callar.

Federico von Buchwald, presidente de la Fundación Metrovía, precisa que al día 400.000 personas utilizan este servicio y que el 50% de usuarios son mujeres. Este número disminuye un 10% en ‘horas pico’.

Encuesta en Quito

La ciudad de Quito forma parte del Programa Global ‘Ciudades Seguras para Mujeres y Niñas’, iniciativa que lleva adelante ONU Mujeres en el mundo. Durante 2011 y 2012 se realizó un estudio en la capital.

Las encuestadas determinaron que como mecanismo de defensa contra cualquier tipo de agresión sexual en medios de transporte público, el 67% de las mujeres respondieron que se usó la autodefensa (grito, golpe o silbido) y el 29% dijo que avisó al chofer. Un 4% llamó a una línea telefónica y un 6% denunció formalmente.

En relación al porcentaje de mujeres adolescentes y adultas de la zona sur de Quito, que reportaron haber sufrido situaciones de acoso sexual en el transporte público:
El 40% manifestó que le dijeron frases o comentarios relativos a su imagen, su cuerpo físico.
El 39% indicó que le tocaron el cuerpo sin razón aparente alguna.
El 36% dijo que se han recargado sobre su cuerpo con malas intenciones.
El 36%, que le dirigieron miradas de carácter sexual.
El 26%, que le dirigieron gestos de carácter sexual.
El 18%, que le manosearon su cuerpo.
Y el 7%, que le mostraron los genitales. (I)

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