Las manos de Giuliano no tenían residuos de disparo
El estudio practicado por el Departamento de Criminalística con el Microscopio Electrónico de Barrido (MEB) determinó que ninguna de las manos del italiano Giuliano Antonio Baldán Oldoni, de 67 años de edad, tenía residuos de partículas de disparos.
Por esta razón se presume que el ciudadano no se suicidó como se sospechaba cuando se encontró su cadáver sentado en una silla, el 19 de enero de 2014, en una vivienda del cantón Puerto López, provincia de Manabí.
El fiscal Luis C.G., quien estaba encargado de la investigación; Benito Sebastián A.G., exasistente del funcionario; el policía Fernando T.B.; Jéssica Mariuxi R.M.; y otra persona fueron detenidos. La mujer habría tenido una relación con la víctima y en el escenario de la muerte había una supuesta carta en la que constaba que todos los bienes de Giuliano quedaban a su nombre.
El juez de Garantías Penales de Jipipaja, Andrés Torres, acogió el pedido de la Fiscalía y dictó orden de prisión preventiva en contra de ellos por su presunta participación en el asesinato. Los funcionarios públicos, según Torres, destruyeron y ocultaron indicios de relevancia en torno al caso; habrían retirado evidencias sin haberse practicado las pericias correspondientes e intentado traspapelar el expediente en los inventarios.
Según las investigaciones, los ahora detenidos presuntamente obligaban a la víctima a firmar cheques y escrituras a favor de terceros.
Durante la investigación, agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Secuestros, Extorsión y Desapariciones de personas (Dinased) determinaron que había irregularidades, como que durante un reconocimiento del lugar de los hechos, según indicó un agente, ingresaron a la sala y dormitorio donde no fue el suceso y decomisaron documentos, entre estos un cheque de $ 50 mil.
De acuerdo a información del Ministerio del Interior, el papel estaba a nombre de Jéssica. El fiscal encargado del caso luego solicitó con un oficio que las evidencias ‘periciadas’ (término que consta en el documento) sean entregadas a un agente investigador del cantónPuerto López para que las lleve a la Fiscalía. Las pruebas fueron llevadas sin acta de entrega y recepción, con lo que se rompió la cadena de custodia. Posteriormente las evidencias fueron devueltas a Jéssica (más cheques de $ 5 mil), excepto el arma y una vaina levantada el día de la muerte.
