La Unidad de Migración se agiliza en manos civiles
La reubicación de 555 policías que a nivel nacional venían cumpliendo tareas en el área de migración, en un proceso que comenzó a hacerse efectivo hace 2 meses, permite tener más uniformados brindando seguridad en las calles y, a la vez, agilizar el proceso de control en los aeropuertos del país.
El cambio es notable en las terminales aéreas. Así lo confirma Daisy Rivera, de 34 años, quien regresó al país luego de permanecer los últimos 7 años en Estados Unidos. Su primera impresión al arribar al aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil fue la rapidez con que se atendía en uno de los counters del área de control migratorio.
No fueron más de 2 minutos que empleó la analista de control migratorio -con rango civil- para verificar y sellar los documentos de viaje de la pasajera.
Gisell Lozano Cortázar, coordinadora de la Unidad de Migración de esa terminal aérea, indica que son 134 funcionarios (el equipo civil está conformado por coordinadores, supervisores, asesores jurídicos, documentólogos y analistas de control migratorio) que trabajan acorde con los estándares internacionales requeridos. Resalta que al menos el 70% del personal habla inglés y un 15% conoce más de dos idiomas.
El área de migración es tan vulnerable que necesita que allí trabajen personas con los mejores perfiles...Franklin Morello llegó de los Estados Unidos en horas de la mañana del pasado 20 de junio, y al consultarle sobre los controles respondió que es “muy necesario que el personal conozca otros idiomas, porque así puede solventar posibles dudas con mayor seguridad”.
Aparte de los cambios en infraestructura y tecnología, y del servicio ágil ante el constante ir y venir de pasajeros, Lozano estima que al mes unos 12.000 pasajeros son sellados, tanto en arribos como en salidas internacionales. Algo que llama la atención es la nula presencia de miembros policiales en esa área.
Esa ausencia, explica Lozano, se evidencia en los aeropuertos de Guayaquil y Quito, y en los centros nacionales de atención en frontera, en Rumichaca (Carchi) y San Miguel (Sucumbíos), al norte, y Huaquillas (El Oro), en el límite con Perú.
Además, se implementa el servicio civil en la terminal aérea de Latacunga, en Cotopaxi. El servicio de Migración está vigente desde abril pasado en Guayaquil, mientras que en Quito inició sus operaciones en octubre de 2012.
Este obedece al proceso de intervención que cumple el Ministerio del Interior a través del Proyecto de Fortalecimiento Institucional de las Unidades de Control Migratorio, explica su gerenta, Hiroshima Villalva. “El objetivo principal es fortalecer la institucionalidad de las unidades de control migratorio no solo en puertos o aeropuertos, sino también en los diferentes puntos fronterizos. Ese personal policial que laboraba en migración a nivel nacional, cumpliendo con el Decreto Ejecutivo 632, ha sido reubicado a las filas operativas para brindar seguridad ciudadana”, indica Villalva.
Antinarcóticos, área sensible
El objetivo es que empleados civiles realicen el control de documentos para el ingreso y salida del país, la entrevista migratoria y demás funciones administrativas, mientras que la parte operativa está a cargo de personal policial, cumpliendo con el rol que le faculta la ley.
En ese sentido, un área sensible y que sigue bajo control uniformado es la Policía Aeroportuaria, dentro de la cual se encuentra la Unidad Antinarcóticos, encargada de los registros y control a pasajeros.
Para su normal funcionamiento, el control migratorio está basado en el Sistema Informático Integral de la Policía Nacional -explica Lozano-, que permite verificar la información de cada pasajero que ingresa o sale del país y corroborar sus datos físicos con los del sistema.
Por la cantidad de pasajeros que hay diariamente, la Unidad cuenta con una plataforma de apoyo para que, en momentos que se llegue a saturar, el sistema de respaldo se active para acelerar movimientos y así el servicio y control de migración sean los más ágiles posibles.
Villalba indica que debido a que ese sistema está bastante congestionado de información originada por la Policía, y por lo cual se registraron problemas al inicio del proceso, actualmente se diseña un nuevo programa informático de control de fronteras, mediante el cual se accederá de mejor manera a controles de seguridad y a un módulo de identificación de huellas dactilares y rasgos faciales.
Jefaturas, solo las necesarias
Además, se levanta información estadística sobre la atención que tiene la Policía en las Jefaturas Provinciales de Migración, pues con esos datos se podrá determinar dónde es necesario mantener esas oficinas, hoy en poder de la institución policial, ya que no todas las provincias son receptoras de migrantes.
La gerenta del Proyecto de Fortalecimiento Institucional de las Unidades de Control Migratorio acota que los cambios también se efectúan en “acciones conjuntas con organismos de control”. En meses pasados se efectuaron operativos en distintos sitios; en uno de ellos, realizado en Guayaquil, la Policía detuvo a seis sospechosos de pertenecer a una banda internacional de trata de personas provenientes de India y Sri Lanka. “De esta forma se combate coordinadamente posibles actos de corrupción”, agrega.
Otro de los cambios que se implementarán con el Plan de Fortalecimiento Institucional de las Unidades de Control Migratorio es que los controles de flujo migratorio se harán desde los puertos de ingreso oficiales, puesto que, según la funcionaria, éstos no han sido atendidos con la importancia debida.
“Hay que definir cuáles legalmente son de ingreso, puesto que existen varios puertos privados que no son regularizados”, enfatiza. Por ahora se realiza el levantamiento de la información para determinar el número de personal requerido para intervenir los puertos, tanto de Guayaquil -donde se desarrollará el plan piloto- como de otras regiones como Manabí y El Oro.