La justicia penal lo declaró inocente de los cargos, la civil lo obligó a pagar una indemnización por ambas muertes
La no culpabilidad en el doble crimen abrió la polémica en el juicio contra O.J. Simpson
Orenthal James “O.J.” Simpson, quien en su infancia sufrió y utilizó aparatos ortopédicos en las piernas hasta los 5 años de edad, llegó a convertirse no solo en la estrella del fútbol norteamericano, sino en el principal sospechoso del asesinato de su exesposa Nicole Brown y de un amigo de ella, Ronald Goldman. De este polémico juicio fue declarado inocente. Sin embargo, otros delitos lo llevaron a la cárcel, donde aún está purgando una condena de 33 años.
El 24 de junio de 1967 se casó con Margarite L. Whitley, con quien procreó 3 hijos. El matrimonio duraría 13 años, ya que en 1980 se divorciaron. Posteriormente Simpson conoció a Nicole Brown, una camarera con quien contrajo nupcias y tuvieron dos vástagos.
Durante la convivencia ambos tuvieron problemas, Nicole no soportó más los maltratos físicos y decidió divorciarse del exfutbolista de la NFL que alcanzó en su mejor momento el ‘Salón de la Fama’.
La noche del 12 de junio de 1994, en el exterior de la casa de los Simpson, en la calle Centinela Avenue, en el distrito de Brentwood, en Los Ángeles, estado de California, se halló los cuerpos sin vida de Nicole y su amigo Ronald Goldman, ambos apuñalados.
De acuerdo con las versiones periciales, la mujer fue golpeada en la cabeza en repetidas ocasiones y después recibió tres cuchilladas en el cuello. Tras las heridas, Brown cayó al suelo golpeándose la cara y el codo izquierdo.
Una vez en el piso aparece Ronald Goldman, quien forcejeó con el agresor para despojarlo del cuchillo. Goldman no logró ser más fuerte que el homicida y recibe varias puñaladas en la zona del tórax.
Con las dos víctimas en el suelo, el agresor regresa con Nicole y le ocasiona una cortada transversal en el cuello, herida que llegó hasta la espina dorsal. Después se dirigió con Ronald y terminó con él de la misma forma.
Los hijos de Brown y Simpson estaban durmiendo en la planta superior de la casa cuando se produjeron los homicidios.
Las pruebas encontradas en la escena del crimen sugerían que Simpson era el autor del doble crimen, ya que en la escena se hallaron diversos elementos como un guante ensangrentado, sangre que supuestamente perteneció a O.J. Simpson y muestras de cabello de un hombre afroamericano. Posteriormente se hallaría sangre de él en su camioneta. Todos estos elementos llevaron a la policía a señalar a Simpson como el autor del crimen.
El 17 de junio de 1994 se efectuó la persecución de Simpson en una camioneta Bronco, color blanco, con dirección al norte, sobre la Interestatal 405, de Los Ángeles, en la que huía luego de ser relacionado como autor del crimen. Dicha persecución fue transmitida por las principales cadenas televisivas y radiales en el país, alcanzando los 90 millones de espectadores, quienes después de unos 90 minutos atestiguaron cómo Simpson se entregaba a las autoridades en la entrada de su casa en Brentwood.
Proceso judicial
Fue el primer gran juicio de la televisión. Fue escabroso, farandulesco, con componentes raciales y elementos de ostentación, sexo y violencia en el hogar, todo envuelto en un halo de misterio y supercargado de suspenso en torno a quién ganaría el proceso.
Simpson, emocionalmente destrozado y perdido en su primera presencia en el juicio el 20 de junio, se declaró no culpable de los asesinatos.
Se formó un gran jurado para ver si tenía que ser procesado por ambos homicidios. Este primer jurado fue despedido dos días más tarde a causa de la excesiva cobertura por parte de los medios, lo cual podría influir en la decisión del gran jurado.
Después de una semana de audiencia, un juez de la Corte Superior de California estimó que había suficientes pruebas para culpar a Simpson de los asesinatos. En su segunda aparición en el juzgado, el 22 de julio, Simpson se declaró, en un tono desafiante: “Cien por ciento absolutamente no culpable”.
El proceso criminal duró 133 días. Durante esos ocho meses testificaron 150 testigos. El juicio comenzó el 24 de enero de 1995 con la acusación, liderada por Marcia Clark, argumentando que Simpson mató a su mujer en un ataque de celos. Abrió su caso con una llamada telefónica al 911 (número de emergencias en Estados Unidos) realizada por Nicole Brown en 1989, donde expresaba su miedo a que su marido la maltratase físicamente.
La acusación también presentó a expertos que, a partir de huellas genéticas o de un análisis de las pisadas, situaban a Simpson en la escena del crimen. Simpson contrató un equipo de nueve abogados, a los que pagó $ 4 millones.
Los juristas argumentaron que el exfutbolista era víctima de una trampa policial y de procedimientos descuidados que contaminaron las pruebas de ADN. La defensa del acusado, llamada “Dream Team” por la prensa, argumentó que el detective de la policía de Los Ángeles, Mark Furhman, había colocado esas evidencias en la escena del crimen.
La acusación no tuvo certeza con las evidencias que presentó en el juicio, ya que el guante que supuestamente era de Simpson no entró en su mano.
A las diez de la mañana del 3 de octubre de 1995, tras solo tres horas de deliberación y frente a una audiencia televisiva de 150 millones de espectadores, el jurado dio el veredicto de “no culpable”.
En este juicio O.J. Simpson se libró de la cárcel, pero en el juicio civil que llevaron en su contra los padres de Goldman, el juez lo culpó y obligó a pagar una millonaria indemnización a los familiares de las víctimas.
Posteriormente, Simpson fue apresado por otros delitos y hoy purga una pena de 33 años, espera obtener una libertad condicional. (I)