La imprudencia de los conductores deja un largo historial de muertes
El incumplimiento de ciertas normas de tránsito arrojó esta última semana resultados devastadores. Solo en tres accidentes de buses interprovinciales, más de 40 personas fallecieron y unas 76 resultaron con heridas de consideración.
A estas cifras se suman las más de 11.955 muertes registradas en los últimos nueve años (entre 2003 y 2011) a consecuencia de los siniestros ocurridos en las vías. Un informe de la Dirección Nacional de Control de Tránsito y Seguridad Vial revela esta realidad al analizar las consecuencias de los 118.541 accidentes reportados en ese período.
Las estadísticas anuales de muertes y heridos tienden a incrementarse significativamente ante la aparición de percances en los que están involucrados los buses de servicio público, debido a la numerosa cantidad de personas que están expuestas a ser afectadas al chocar una de estas unidades.
Uno de los últimos sucesos ocurrió el pasado domingo cuando el accidente de un bus de la cooperativa Transportes Espejo, en la vía Ibarra-San Lorenzo, ocasionó el deceso de 31 personas y dejó heridas a otras 27. El informe preliminar señala que las posibles causas del percance serían el exceso de velocidad y la sobrecarga de pasajeros.
¿Pero por qué los conductores de buses irrespetan los límites de velocidad? Eso es algo que a criterio de Guillermo Abad, presidente de Justicia Vial, se da porque ante la falta de un plan de rutas y frecuencias los choferes no llevan la cantidad de pasajeros necesarios y se ven obligados a competir.
Lo que también preocupa, asegura, es la inobservancia a la ley. Dice que, por ejemplo, el 31 de diciembre de 2011 venció el plazo para la reversión de rutas y frecuencias y caducaron los permisos de operación para las unidades de transporte público, consecuentemente, en los actuales momentos ese gremio está operando ilegalmente. “En reemplazo de ese permiso debió haber entrado en vigencia un contrato de operación que tiene como objetivo fundamental el tener mayores exigencias en beneficio de los usuarios, cosa que tampoco se ha cumplido”, sentencia.
El dirigente explica que ese plazo se venció por dos ocasiones, puesto que la primera vez fue el 7 de agosto de 2010 y se concedió una prórroga hasta el 29 de marzo de 2011, cuando se reformó la ley y extendieron el período hasta el 31 de diciembre de 2011.
Otro problema es el alto margen de impunidad. Al menos el 70% de los juicios por accidentes de tránsito no llega a tener una sentencia en los juzgados. Así lo estima Abad, quien aclara que los casos quedan inconclusos por diversos motivos, entre las que destaca el abandono del proceso, la desestimación por parte de la Fiscalía y los acuerdos extrajudiciales entre las partes.
Carlos Morales, juez Quinto de Tránsito del Guayas, indica que en el restante 30% de los casos se llega a obtener una sentencia porque la acción penal, iniciada por el fiscal, ha tenido el debido impulso del acusador particular.
Morales considera importante que ya estén actuando los jueces de contravenciones para simplificar el tiempo y que las causas fluyan. Según datos del Ministerio de Justicia, unas 62.000 causas estaban sin resolver en los juzgados de Tránsito hasta noviembre de 2010.
Dice que la intervención de esos funcionarios aliviará, a su vez, la gran carga procesal que tienen los jueces de Tránsito, que no solo ven temas inherentes a esa materia, sino también constitucionales de todas las áreas del Derecho.
A la hora de juzgar a quienes son los presuntos responsables de los percances automovilísticos, las autoridades deben tomar en cuenta ciertas normas. El artículo 127 de la Ley Orgánica de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, por ejemplo, narra que será sancionado con prisión de 3 a 5 años, suspensión de la licencia de conducir por igual tiempo y multa de 20 remuneraciones básicas unificadas del trabajador, quien ocasione un accidente de tránsito del que resulte la muerte de una o más personas, y en el que se verifique cualquiera de las siguientes circunstancias: negligencia, impericia, imprudencia, exceso de velocidad y malas condiciones mecánicas del vehículo.
Causales, que según informes periciales, han concurrido en los tres últimos accidentes de tránsito, registrados en las carreteras del país. “El accidente ocurrido en la vía Yaguachi-Jujan, de acuerdo al informe pericial, fue por imprudencia de uno de los conductores que invadió el carril contrario y chocó frontalmente con el otro micro”, relata Luis Lalama, jefe operativo de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE). El oficial se refiere a la tragedia en la que perdieron la vida 5 personas tras el impacto entre el bus Express Sucre y otro micro de Trans Esmeraldas.
Aclara que aunque se han tomado los controles necesarios para evitar los percances en las vías, su éxito también depende de la colaboración de los conductores que deben ser responsables al momento de llevar vidas a bordo. Uno de los choferes que pereció en el siniestro fue Segundo Gancino Correa, de 45 años.
Sus familiares y compañeros de la cooperativa Express Sucre se mostraron sorprendidos por el hecho y aseguraron que Gancino era un conductor con 18 años de experiencia y que en ese tiempo nunca tuvo inconvenientes. “Era muy precavido y profesional”, menciona una de sus compañeras que prefirió la reserva de su nombre.
El fiscal de Tránsito, Ángel Lema Muñoz, señala que para que se conjugue un delito, en el caso de un accidente en el que una persona resultara herida, debe diagnosticársele a la víctima más de 90 días de incapacidad física. En esos casos, el responsable es detenido.
Lema coincide que la ley de tránsito es muy buena, pero se la incumple en el 50% y al incumplirse ese porcentaje “vamos a tener como consecuencia un gran nivel de siniestralidad”. En un accidente de tránsito otros factores también intervienen, así lo explica Pablo Coello, jefe del Sistema de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT).
Especificaciones técnicas
Dentro de las especificaciones técnicas que una unidad de transporte debe cumplir, está la colocación de vidrio templado en las ventas, con el fin de precautelar la seguridad de los pasajeros.
Al momento de un impacto, este material se desintegra sin afectar a las personas. En un seminario de seguridad vial, realizado en enero de este año, se dio a conocer que el 60% de víctimas mortales en accidentes de tránsito fallece por desangramiento a causa de lesiones provocadas por vidrios.
Dice que todos los vehículos, ya sean de transporte masivo o no, están diseñados con un centro de gravedad, el mismo que depende del modelo de carrocería y sus medidas.
El centro de gravedad le da estabilidad al vehículo, permitiendo que este circule en curvas sin sufrir ningún tipo de inconvenientes.
Cuando hay sobrepeso de carga o pasajeros se produce un desfase en el centro de equilibrio, esto provoca que el peso excesivo se desplace indistintamente en el automotor, dejando al vehículo en una situación vulnerable.
Por eso es necesario adecuar la velocidad del automotor, a las condiciones climáticas, condiciones de tránsito y configuración vial, enfatiza el oficial. Cuando un vehículo choca, todos los elementos que se encuentran en su interior reciben la descarga de energía producto del impacto, provocando un desplazamiento de sus cuerpos hacia las partes duras del automotor como los asientos o el parabrisas.
Al hacer una comparación, Coello detalla que si un conductor maneja su vehículo a 80 km/h y se impacta contra una superficie, el daño al conductor sería igual al de una persona que decida lanzarse de un octavo piso. Un vehículo al chocar, sufre una desaceleración instantánea y la energía que estaba en movimiento se convierte en energía potencial, la que provoca deformaciones en la carrocería.
Tres tipos de impacto
En una colisión vehicular hay tres tipos de impacto: el primero es el del vehículo contra un elemento duro, el segundo es el de la persona contra la parte interna del vehículo y el tercero es el del cerebro contra los huesos del cráneo, y órganos abdominales contra la cavidad torácica, golpes que se traducen en lesiones y hemorragias internas. Las personas que van en las primeras filas están más expuestas a sufrir lesiones en un accidente de tránsito.
El uniformado afirma que los conductores pueden evitar el 99% de los accidentes, pero también es cierto que en la parte legal aún no hay un reglamento que permita sancionar los excesos de velocidad.
La Agencia Nacional de Tránsito (ANT) tiene nueve meses trabajando en el reglamento, el cual permitiría a la Policía Nacional conocer cuáles son los rangos moderados de velocidad, para a partir de ello establecer sanciones.
Otro de los elementos que la institución del orden espera es la dotación de instrumentos tecnológicos, como foto radares.
El mayor Coello afirma que hay dispositivos que pueden ayudar a controlar la velocidad en cada una de las unidades y así evitar más muertes en las vías.