La explotación sexual no es denunciada por temor
En una estrecha cama de madera descansa Mayra (nombre protegido). Ella es una adolescente, de 16 años, que enfrentó una “dura” realidad al ser insertada de forma violenta en el mundo de la prostitución y la trata de personas.
Con la mirada perdida la joven, oriunda de Santo Domingo de los Tsáchilas, cuenta que prefiere no hablar sobre ese episodio de su vida, ya que eso significaría recordar el nombre de Luis Alberto G. Se trata del hombre que -dice- le destrozó la vida al obligarla, desde los 13 años, a vender su cuerpo.
La adolescente narra que en una ocasión, inclusive, le exigió que se practicara un aborto debido a que había quedado embarazada.
La madre de “Mayra” denunció este hecho a la Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) con el fin de que el abuso cese y el implicado sea detenido.
El director nacional de la unidad policial, coronel Edwin Echeverría, explica que la joven sufrió el delito de trata de personas que se da con traslado del lugar de origen del domicilio de la víctima hacia otro sitio, para explotarla sexualmente.
En el caso citado, Luis fue detenido debido a que obligó a la adolescente a convertirse en trabajadora sexual en prostíbulos de su ciudad natal y Quito, con amenazas de muerte hacia ella y su familia.
Similares denuncias reporta la Dinapen desde 2007 hasta el presente año. En ese periodo hay 108 denuncias de explotación sexual: 18 en 2007, 25 en 2008, 34 en 2009, 29 en 2010 y 2 en lo que va del año.
Para el oficial Echeverría el problema para capturar a los implicados en estos casos se da porque las víctimas no denuncian los hechos. “Los principales motivos son por temor a las represalias, mejores ingresos económicos y un factor desencadenante es la falta de autoestima, especialmente originada en sus relaciones familiares”, comenta.
“Esta última incidencia se debe a que han vivido muchas veces situaciones de pobreza, promiscuidad, consumo de drogas y alcohol, así como también la afectación que les causa la violencia intrafamiliar”.
La mayoría de las víctimas viene de hogares destruidos y sin valores, añade al acotar que aceptan seguir en la prostitución porque es una posibilidad de tener un ingreso fijo.
Las personas que integran la red de trata de personas son, por lo general, las parejas de las adolescentes, que las engañan con cursos y trabajo de modelos fuera de su ciudad de origen. Una vez que caen con la propuesta, las someten a trabajar en prostíbulos de una manera forzada e incluso siendo maltratadas, explicó el oficial Echeverría.
Andrés Buitrón, director de Protección de Derechos del Ministerio del Interior, explica que la trata de personas se considera una grave violación a los derechos humanos.
Este abuso es considerado como un delito transnacional y es el segundo que mueve de 5 a 7 mil millones de dólares al año, seguido del narcotráfico.Según las estadísticas de esta dirección, un promedio de 80 casos desde 2007 hasta el año pasado se han reportado, de los cuales sólo uno fue sancionado como trata de personas y tres por corrupción de menores o violación.
El funcionario reitera que este delito queda en la impunidad porque durante las investigaciones, las víctimas cambian las versiones o se retractan de lo dicho.
Sin embargo, dice que con el Plan Nacional de Trata de Personas en el Ecuador, que fue aprobado en 2006, se realizan planes de reinserción para las víctimas con estudios y oportunidades laborales.