José Valencia Amores, ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana
"La justicia tendrá la última palabra sobre el crimen de los periodistas"
La austeridad en el mobiliario provoca que el despacho del canciller José Valencia luzca enorme. El escritorio de madera donde trabaja diariamente parece recién comprado y, en la sala contigua, muebles de cuerina color blanco y una mesa de reuniones con ocho sillas completan la decoración.
El diplomático luce sereno y saluda con familiaridad. Antes de iniciar el diálogo con El TELÉGRAFO contesta una llamada telefónica. “Disculpen un segundo, es mi esposa”, comenta sonriendo.
Con el nombramiento de Valencia en junio de 2018, la Cancillería volvió a ser dirigida por un diplomático de carrera, tras 11 años en que esa función la cubrieron políticos afines al Gobierno.
Por eso comenta que uno de los principales logros de su gestión ha consistido en que Ecuador se reconecte con la comunidad internacional y todos los países, sin importar la ideología.
“Ecuador es un país tolerante, abierto a todas las naciones que quieran establecer relaciones de amistad y cooperación; por eso hemos tenido mucho éxito promoviendo la integración con la Unión Europea, la reactivación de las relaciones con Estados Unidos, China y Japón. En América del Sur continuamos con nuestro trabajo en la Comunidad Andina”.
Pero hay temas, como el secuestro y asesinato de los tres integrantes del equipo periodístico de El Comercio, que siguen sin aclararse, ¿por qué?
No se debe perder de vista que los periodistas fueron asesinados en Colombia, y quienes les quitaron la vida son los integrantes del Frente Oliver Sinisterra, al mando de alias “Guacho”, que tiene nexos con el narcotráfico y que operan en ambos lados de la frontera. En Ecuador hay más de 70 miembros de esta agrupación criminal detenidos. No estoy diciendo nada nuevo, es la posición del Estado que se transmitió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En el proceso de investigación se concluyó que los periodistas fueron secuestrados y lamentablemente asesinados al otro lado de la frontera. Es la tesis que mantenemos.
¿Por qué se quiere insinuar que ocurrió en territorio ecuatoriano?
La verdad, no podría responder. Nosotros confiamos en que se establezca lo que sucedió en los tribunales, cada cual tiene derecho a tener su opinión, el punto es cómo determinar lo que ocurrió. En un Estado de derecho como en el que vivimos, donde impera la ley, está claro que la explicación de los hechos alrededor de un delito y sobre lo que ocurrió la tiene que dar la administración de justicia, los jueces se pronunciarán con base en las pruebas que recabamos, el Estado ecuatoriano ha sido extremadamente claro: vamos a respetar y respetaremos las decisiones de los tribunales.
La CIDH dice que en este caso hubo descoordinación entre las entidades de seguridad.
Desplegamos gestiones para buscar la liberación de los tres secuestrados, el Estado hizo todo lo que estuvo a su alcance para proteger la vida de los periodistas, pero, además, no hay que perder de vista que se estaba negociando con el líder de una organización terriblemente violenta y sangrienta, no era cualquier persona que actúa dentro del marco de la ley.
¿Cómo avanza el tema de las regularización de ciudadanos venezolanos en el país?
Se cumple con el plan de trabajo que hemos establecido. Recordemos que es un proceso pionero en América Latina, a pesar de las limitaciones económicas que tiene Ecuador y el impacto que ha significado el ingreso de 400.000 personas que las hemos acogido con solidaridad. Según el calendario, para marzo terminará el proceso de regularización que se efectúa para saber quién está viniendo de Venezuela, de manera que tengamos un ingreso migratorio ordenado.
Con la reapertura de la academia diplomática se busca reformar la ley para que sean nombrados embajadores solo funcionarios de carrera, pues actualmente hay embajadores que no son diplomáticos.
Lo que busca la academia es capacitar a los funcionarios que empiecen desde el rango más bajo y que en algún punto alguno de ellos llegue a ser embajador, así manejarán la gestión internacional de madera idónea. La improvisación diplomática le cuesta caro al Estado, pues no es capaz de tener representantes eficientes que puedan garantizar los intereses del país. Ahora la ley reconoce que 20% de funcionarios del servicio exterior sean nombrados por el Ejecutivo, al momento está cumplida esta cuota.
¿No debe ser así?
Debemos consolidar la carrera diplomática. Eso nos permitirá, a futuro, que los legisladores consideren la disminución de esa cuota, mientras tanto tenemos esa disposición legal que estamos cumpliendo.
¿Se está pensando abrir embajadas en más países?
Las limitaciones presupuestarias son un obstáculo para abrir nuevas embajadas; no obstante, es importante incrementar nuestra presencia con embajadas en el área del Asia-Pacífico. Estoy pensando en Singapur, Vietnam, Tailandia, que tienen un gran mercado para nuestros productos. También en Nueva Zelanda. Tenemos una embajada en la India, que se debe fortalecer; y debemos pensar en Bangladesh, que tiene gran relevancia. (I)