Lleva preso más de 6 años. En su contra se han dictado 3 sentencias (2 por abuso sexual, de 16 y 25 años, y otra de 9 años por plagio) y aún hasta ahora es procesado en otro par de juicios por los delitos de violación y estupefacientes. Se trata de Roger Reginald Rousseau Betancourt, actualmente de 42 años.

Es acusado de haber violado -entre 2004 y 2006- al menos a 20 mujeres. Tras su  captura, registrada el 12 de septiembre de 2006 en las calles Urdaneta y Escobedo, centro de Guayaquil, se declaró responsable de los abusos sexuales que se le imputaron, entre ellos a 6 menores de edad.

Uno de los procesos se ventila en el Segundo Tribunal de Garantías Penales, donde hasta el pasado 31 de enero se desarrolló la audiencia de juzgamiento en su contra. En esa diligencia la fiscal Livaneza Gálvez reveló a los jueces que Rousseau fue diagnosticado como psicópata maniaco depresivo, luego de la evaluación psicológica realizada por especialistas del Departamento Médico Legal de la Policía, pericia que se realizó por disposición de la Fiscalía en uno de los procesos.

Dos sentencias están por notificarse en los próximos días, tanto en ese tribunal como en el Quinto, no obstante, esos fallos no determinan que el procesado cumpla de manera inmediata las penas que podrían ser impuestas, ya que, según indicó la representante de la Fiscalía, él las impugna todas mediante los recursos a los cuales tiene derecho.

El modus operadi de Rousseau no se diferencia en mucho de otros violadores, como lo fue Daniel Camargo, el colombiano detenido en 1986 por ultraje sexual y muerte de 71 mujeres, que mientras purgaba 8 años de una condena de 16 fue asesinado; lo que sí tenía a su favor era que le gustaba vestirse bien y usar perfume fino para seducir a las mujeres, indicó Gabriel Noboa, presidente del Quinto Tribunal de Garantías Penales del Guayas, que está por dictar su tercera sentencia.

Rousseau acechaba a las mujeres jóvenes y en un descuido se les acercaba, se hacía amigo y medio le daban la mano les torcía el brazo y con un arma de fuego o cuchillo las amenazaba, las llevaba a casas de amigos o a un hotel cercano y las violaba en repetidas ocasiones, ese fue el modus operadi relatado por la Fiscalía y que sirvió de argumento para comprobar su responsabilidad en los hechos, a pesar de que muchas víctimas desistieron de la denuncia por apatía o temor a represalias.

Teresa, universitaria de 19 años, relató en la denuncia que consta en el proceso, que esperaba un bus en las calles Esmeraldas y Alejo Lascano, para dirigirse a su casa, cuando sorpresivamente Rousseau se acercó por detrás y tras amenazarla con una pistola la obligó a caminar como diez cuadras, la hizo subir a una casa, donde estaban unos sujetos que bebían y fumaban droga. Allí la violó y luego la llevó a un hostal, donde volvió a ultrajarla hasta el día siguiente.

Sin embargo, a criterio del juez, no todas las víctimas de este tipo de delito denuncian a los agresores y este caso es muy probable que no haya sido la excepción.

Noboa estima que las cifras negras en asuntos sexuales, especialmente por violaciones, se conocen solo el 10%; mientras que el 90% restante lo calla para no tener que comparecer ante fiscales o jueces, o por temor a que la prensa lo divulgue.

“Por cada denuncia de mujer violada que llega a juicio, 10 son las realmente violadas”, dijo Sofía Rodríguez, psicóloga de la Fiscalía, quien agregó que la implementación de la cámara de Gesell y las audiencias virtuales coadyuvan a evitar aún más la revictimización.