Katherine era una adolescente cuando se enamoró y decidió mantener una relación sentimental con Luis Z.C. El cariño o la inexperiencia no le permitieron darse cuenta de las advertencias de que la relación no andaba bien. El hombre, nueve años mayor que ella, le prohibió que continuara sus estudios en el colegio 28 de Mayo. Eso no fue todo, con el transcurso del tiempo empezó a insultarla, golpearla, incluso le impedía visitar a sus familiares.

“En 2013 pedimos una medida de protección, que consistía en boleta de auxilio para que el hombre no se le acercara. Pero ella siguió a su lado”, contó Dalton San Lucas,  padre de la víctima.

Ayer, el progenitor, acompañado de otros parientes, llegó con carteles y cargado de ansias de justicia a la Unidad Judicial del centro comercial Albán Borja, en el norte de Guayaquil. El inicio del juicio en contra del individuo que pertenecía a las filas de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) estaba previsto para las 10:30. Sin embargo, el abogado del acusado no acudió por lo que no se instaló la diligencia y tentativamente se realizará en agosto.

Hernán Ulloa, abogado de la familia de la víctima, manifestó que el tribunal anuló la posibilidad de que el individuo sea liberado por caducidad de la prisión preventiva y aseguró que en la próxima ocasión se realizará la audiencia así sea con un defensor público. “La prueba más contundente que tenemos es la confesión. Además de que se encontró el arma. El proceso en este caso es por asesinato, pero tanto este como el femicidio tienen la misma sanción de entre 22 y 26 años. En caso de determinar los agravantes la pena podría alcanzar hasta los 34 años”.

Dalton San Lucas aconsejó innumerables veces a su hija que se separara de Luis. En una ocasión le hizo caso, pero a los tres días regresó. Considera que pudieron ser muchos los factores que la vinculaban a la relación, pero el más fuerte “es que él la amenazaba diciéndole que si lo dejaba me mataría a mí, a sus dos hermanos y luego a ella”. Dijo que en una ocasión por defenderla sufrió un corte en la oreja y aunque denunció el hecho no pasó nada.

Las amenazas de muerte se cumplieron el 3 de septiembre de 2016, en la casa donde habitaba la pareja, en la cooperativa La Alegría, en el sector Juan Montalvo, en el norte de Guayaquil.

“Katherine tenía 19 años e iba alistarse para salir en familia a pasear por el Parque Samanes. Estaba en el baño cuando Luis llegó con un cuchillo y la apuñaló diez veces. Sus dos hijos, de dos y cuatro años, presenciaron la agresión”, recordó San Lucas.

El individuo fue detenido al poco tiempo al bajarse de un bus de la línea 92. El populacho quería atraparlo porque había asesinado a su mujer.

“Mis nietos estuvieron días esperando que su madre regresara. Primero no nos atrevíamos a decirles la verdad, pero tuvimos que hacerlo porque se quedaban asomados en la ventana de la casa de su abuela aguardando que mamá fuera por ellos”, narró San Lucas.

Añadió que intentó hablar con la familia de Luis para evitar que la violencia continuara, pero ellos le dijeron “que en problemas de marido y mujer nadie se debe meter. Ese es el pensamiento errado que tenemos los ecuatorianos, preferimos no hacer nada, que salvar una vida. No podemos seguir pensando así”.

Jenny Cujilán Velasco, madre de Katherine, expresó que “quiero que ya termine esto y se haga justicia. Que él sea condenado con la máxima  pena, aunque nada me va a devolver a mi hija. Los niños tampoco tendrán a su madre, ellos reciben terapias psicológicas, porque se asustan cuando escuchan una ambulancia o cuando ven un cuchillo, ellos vieron todo”. (I)