José y Jéssica no tienen una buena relación. Ambos están separados y tienen 3 hijos en común. Él ya tiene un nuevo compromiso y un hijo de 2 años; de ella se sabe muy poco, solo que estaba reacia a llegar a un acuerdo con su expareja.

José no le pasa el dinero de la manutención desde julio de 2014. Estas pensiones se han acumulado hasta llegar a un valor superior de $ 2.500. “¿Cómo me vas a pagar ese valor? Yo lo necesito pronto”, lo encaró la mujer.

La pareja estaba frente a un mediador del Consejo de la Judicatura (CJ), uno de los 6 que el sábado viajaron desde el muelle municipal ubicado junto al mercado de Caraguay, en el sur de Guayaquil, hasta la cabecera parroquial de la isla Puná, perteneciente al cantón Guayaquil.

“No tengo dinero para dárselo en un solo pago, pero me comprometo a pagárselo poco a poco”, respondió José. El abogado que escuchaba a ambas partes, después de más de una hora y media de dialogar consiguió que llegaran a un acuerdo voluntario. José pagará $ 2.518,39 en un plazo de 42 meses; es decir cuotas de $ 59,96. Este valor se suma a las pensiones de $ 191,97.

El abogado le recalcó que el acta de la audiencia de mediación tiene carácter de sentencia; es decir que tiene la misma validez que las que se dan en los juzgados. José afirmó que cumplirá su palabra pues no quiere volver al Centro de Detención Provisional (CDP) por boleta de apremio.

Durante el diálogo, Jéssica contó que José no se preocupa por sus hijos y que esto creó una distancia que, según ella, es difícil de acortar. “El padre no iba a verlos y si lo hacía era porque se los encontraba de casualidad en el camino. La isla es pequeña”, expresó la mujer.

Las partes en esta audiencia casi nunca cruzaron miradas, siempre se quejaron viendo al mediador o a las paredes del aula de 5° año de educación básica de la escuela Víctor Emilio Estrada, ubicada en lo más alto de una loma de la isla. Desde ahí se puede ver el mar y se distingue un manglar a lo lejos.

El abogado les explicó que estas audiencias basadas en el diálogo no solo buscan llegar a un acuerdo por el dinero que requieren los menores, sino también para que los padres mejoren su relación aunque no estén juntos. “Los únicos perjudicados son sus hijos”, les recalcó.

En cambio una pareja de jóvenes no llegó a un acuerdo. Ellos también están separados y tienen 2 hijos: una niña de 3 años y un bebé de 8 meses de nacido. El hombre cree que el menor no es su hijo y por eso ni siquiera lo ha visto desde su nacimiento. Para pasarle la pensión por alimentos espera que se le haga una prueba de ADN. El abogado les explicó el proceso a seguir, pero también les aconsejó mejorar su relación por el bien de los pequeños.

Zulema Ariopaja, coordinadora técnica del programa de Mediación en la provincia de Guayas, explicó que de las 30 audiencias de mediación, la mayoría tenía relación con problemas familiares; más que todo las pensiones alimenticias. “Esto es un fácil acceso a la justicia, sin tener que llegar a un juicio. La resolución tiene carácter de sentencia ejecutoriada. Podemos conocer casos de familia, civil, inquilinato, vecinales, tránsito, entre otros”, detalló.

Celia Méndez, quien tiene un local de venta de electrodomésticos en la isla, también pudo resolver con clientes problemas de deudas impagas desde hace meses. En horas de la mañana tenía 2 audiencias fijadas, en ambas recibió el dinero adeudado, cantidades que iban entre $ 200 y $ 300.

“Resolví mi problema de forma muy tranquila y rápida. Si no hubieran venido, hubiera tenido que viajar a Guayaquil y se pierde tiempo y dinero, ahora no he gastado ni un centavo”, destacó. (I)