Defensor de Derechos Humanos y político colombiano
Iván Cepeda: “Las autoridades de Ecuador y Colombia deben unir esfuerzos”
El senador colombiano Iván Cepeda, quien posee una maestría en Derecho Internacional Humanitario, expresó su sentimiento de repudio ante el secuestro del periodista, el fotógrafo y el conductor de diario El Comercio.
En diálogo telefónico con EL TELÉGRAFO -antes de que el presidente Lenín Moreno confirmara el deceso de los periodistas-, Cepeda sentenció que nada justifica el cautiverio atroz que padecieron los ecuatorianos.
Asimismo, se solidarizó por la incertidumbre y el dolor que viven sus familiares, amigos y colegas de las víctimas.
Iván Cepeda, una de las voces de la izquierda que más se hace escuchar en el Congreso, fue un hombre clave para llevar a buen puerto el acuerdo de paz con las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En varias ocasiones el senador estuvo en La Habana, Cuba, como facilitador de los diálogos entre la exguerrilla y el gobierno.
¿Qué puede hacer el Gobierno ecuatoriano ante este hecho?
Aquí no cabe otra. Una solución distinta. Aquí las autoridades de Ecuador y las autoridades de Colombia deben unir sus esfuerzos para presentar un combate sin cuartel a este grupo criminal.
¿Qué implicaría este combate?
Capturar a su jefe a la mayor brevedad posible y acabar con ese grupo. Utilizando las vías y los mecanismos que da el estado de derecho y el uso legítimo de la fuerza. Este grupo ha demostrado que no tiene ninguna gota de principios y que actúa de una manera absolutamente atroz y frente a esto no puede haber una respuesta distinta a darle una lucha sin cuartel.
¿Cómo se daría la lucha sin cuartel?
Para eso existen los mecanismos de cooperación entre las fuerzas militares y de policía de ambas naciones.
¿Qué tan factible es que se logre una operación bilateral que dé resultados fiables?
Aunque esta situación compromete la seguridad de ambos países ya que ha mostrado ser una situación de peligrosidad -no solamente para quienes han estado en cautiverio sino para personas que puedan estarlo-, la única posibilidad es que las fuerzas de seguridad -de Ecuador y Colombia- unan sus capacidades de inteligencia y de operación para presentar una lucha eficaz para este fenómeno.
Ahora dicho esto, acá hay un problema que es todavía más de fondo y es el narcotráfico. En esto hay que señalar que el esquema que ha utilizado Colombia para terminar con el narcotráfico -y que se ha dado durante décadas- ha fracasado estruendosamente.
Porque, aquí hay que complementar con lo que he dicho anteriormente, no basta con los mecanismos de persecución militar, policial y de seguridad. Es la necesidad de resolver el problema del narcotráfico como problema social y económico que es.
¿Qué factores se agudizan en el problema del narcotráfico en Colombia?
En la situación colombiana el narcotráfico tiene que ver con la situación de pobreza extrema en la que viven sectores rurales y por el abandono del Estado a regiones enteras del país, como es el caso de Tumaco y Nariño, que están en la frontera con Ecuador.
Aquí hay un problema con algunos asuntos como el bono de sustitución voluntaria por parte de los campesinos, de los cultivos ilícitos en el sur, la necesidad de hacer inversión social en los territorios que integran la economía cocalera y la economía del narcotráfico, y desarrollar una presencia del Estado que no se reduzca solamente a la policial.
Ante este problema con los disidentes, ¿por qué los miembros del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) aún no se pronuncian?
No sé si no lo han hecho y espero que lo hagan, por supuesto, porque este es un asunto que compete de alguna manera el proceso de paz que se da en Colombia.
Pero dicho esto debo agregar lo siguiente -porque de algún modo esto es totalmente carente de veracidad-, el rumor o la acusación que ha sido lanzado por ciertos sectores de la oposición de extrema derecha al proceso de paz, para señalar que las disidencias del grupo exguerrillero, -porque ya las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hoy en día son el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común-, con lo que estarían intentando decir que de alguna manera los disidentes mantienen alguna relación con este nuevo partido político.
Por el contrario, lo que ha ocurrido en muchas zonas donde han aparecido estas disidencias, es que estos aparecen como oposición al proceso de paz, declarando como objetivos militares a líderes de este nuevo partido político FARC y señalando que este grupo habría traicionado de alguna manera los ideales políticos que tenía la guerrilla.
Así que no hay que caer en la trampa o en la interpretación facilista de que entre estas disidencias y el nuevo partido político de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) hay alguna clase de vasos comunicantes. No es esa la situación. (I)