Hampa ataca en las zonas críticas y poco iluminadas
El asalto y robo a personas se ha incrementado considerablemente en el número de reportes hechos por la Policía y en las denuncias interpuestas ante la Fiscalía, convirtiéndose en uno de los delitos con mayor ocurrencia en Guayaquil.
Esa situación se refleja en las cifras procesadas por el Observatorio de Seguridad Ciudadana (OSCG), que señala que esa modalidad delictiva se ha incrementado en un 7% de enero a abril del presente año -en comparación con el mismo período del año anterior- pasando de 1.850 casos en 2010 a 1.981 actualmente.
A esto se suma el hecho de que diversos sectores de Guayaquil son considerados vulnerables a este delito. Así lo revela un informe del OSCG, el cual identifica que las zonas 9 de Octubre, Atarazana, Garay, Malvinas, Kennedy, Urdesa, Victoria, Portete, Prosperina, entre otras, registran niveles altos de inseguridad en este ámbito.
Para Julio Andrade Rodríguez, director Provincial del Guayas de Brigadas Barriales, ese problema se agudiza con la exigua iluminación que hay en varios puntos de la ciudad, sobre todo en los lugares periféricos que resultan propicios para que los delincuentes pululen al acecho de sus víctimas.
El dirigente señala que, justamente, uno de los objetivos de las brigadas barriales es gestionar ante la autoridad competente, en ese caso ante la Empresa Eléctrica de Guayaquil, el restablecimiento del fluido eléctrico en calles y parques que estén oscuros y que son guaridas de hampones.
En ese sentido y por iniciativa de la Empresa Eléctrica de Guayaquil, desde el sábado anterior, sus trabajadores reemplazan y potencializan las luminarias del alumbrado público en varias zonas de la urbe.
Según Virgilio Samaniego, funcionario del área de Alumbrado Público de la empresa estatal, una eficiente instalación del alumbrado crea un ambiente que permite la visibilidad clara e identificar a las personas y objetos en las vías transitadas.
“Esto trae consigo la reducción de accidentes vehiculares durante las horas nocturnas. Además permite la supervisión y seguridad en las vías, se promueve su uso comercial e industrial durante las noches”, manifiesta.
Samaniego indica que en 8 zonas se ha dividido la ciudad para realizar este trabajo, una fue la avenida Carlos Julio Arosemena, desde el puente 5 de Junio hasta la urbanización Los Ceibos, donde los delincuentes aprovechan la oscuridad para cometer delitos contra los transeúntes, incluso conductores.
Ramiro Mantilla, comandante del Distrito Metropolitano de Guayaquil, indica que son los miembros de la Policía Comunitaria, junto con los integrantes de las Brigadas Barriales, los encargados de identificar los factores que pueden generar inseguridad en diferentes partes de la ciudad y tomar correctivos a tiempo, como ha sucedido con el tema del alumbrado público.
Apoyo policial
El oficial explica que se refuerza esa acción con un patrullaje preventivo continuo, a través de los vehículos y a pie, lo que llama “personalizar el servicio policial”.
Otros de los puntos beneficiados por esta iniciativa son las inmediaciones del colegio femenino Amarilis Fuentes Alcívar, situado en Los Esteros, al sur de Guayaquil.
Allí, la Empresa Eléctrica reemplazó, de manera gratuita, más de una docena de lámparas de 175 Watts valoradas en más de $ 100 cada una. La donación se realizó a pesar de que los postes de alumbrado estaban situados en el interior del predio del plantel y conectados al respectivo medidor.
Italia Luna, rectora del establecimiento educativo, dice que el colegio no cuenta con presupuesto para adquirir los focos y mucho menos darle el respectivo mantenimiento, por esta razón estuvieron varios meses apagados.
“El sector se estaba tornando peligroso con la presencia de personas indeseables, espero que con la iluminación y el patrullaje se obtenga mayor seguridad”, indica.
