Félix Z. culpó a “la mafia” de obligarlo a matar, descuartizar y esconder el cuerpo de su cuñada Diana Cruz, de 27 años. La mujer tenía cuatro hijos, de entre uno y nueve años.

Lo dijo durante la audiencia en la que él y su amigo Giovanny P. fueron procesados por el asesinato.

Sin embargo, horas antes, en su versión libre y voluntaria, Félix responsabilizó a su expareja, Roxana, del crimen de la joven.

El individuo aseguró que ella además enterró la cabeza de la víctima debajo del inodoro de la casa donde vivían, en Bastión Popular, en el noroeste de Guayaquil.

En la misma vivienda, hace dos años, fue asesinada Selena, de 20 años, que tenía cinco meses de gestación. Félix, su tío, fue el sospechoso.

Manuel Cruz, padre de Diana, comentó que él se encargará de sus cuatro nietos. Solo la más pequeña (de un año) es hija de Carlos, el hermano de Félix.

“No voy a permitir que se los lleven a esa casa del terror. Los tendré aquí donde su madre creció”.

Diana se crió en una modesta casa, ubicada en el bloque 9 de Bastión Popular. Ayer, en la sala donde corría de niña, eran veladas tres fotos de su rostro.

Beatriz Cruz, su tía, pidió que se investigue por qué la mataron o quién pagó por su crimen. “Creo que hay más personas involucradas”.

El cuerpo de la joven, hasta el cierre de esta edición, continuaba en el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses.

Las pericias demoraron debido a que el cuerpo estaba envuelto en cemento y en estado de putrefacción.

El fiscal Errol Elizalde informó que dispuso que se le realizara un examen ginecológico para determinar si fue víctima de un ataque sexual.

Agregó que el caso no fue iniciado por el delito de femicidio, porque no se ha determinado una relación de poder entre la víctima y el victimario.

En cuanto a la supuesta participación de Roxana, dijo: “no me puedo pronunciar porque el caso está en investigación y estará a cargo de otro fiscal”. (I)