“Mami, voy a comer y luego me voy al concierto”. Ese fue el último mensaje que escribió Gabriela Orbe, a su mamá, Silvia Reyes. La madre le pidió que se cuidara, que no bebiera licor, y se despidió.

Silvia nunca imaginó que tres horas después recibiría una llamada para informarle que su hija falleció. Con el cuerpo temblando y un dolor en el corazón llegó a constatar la tragedia.

En los exteriores del coliseo de la Universidad Central (UCE) vio a lo lejos las balizas de la Policía.

El ruido que desprendía el concierto “Centralazo 2019” solo se detuvo cuando se informó por los parlantes que el evento quedó suspendido. “Parecía que a la gente no le importaba que una persona perdiera la vida en una catástrofe”, reclamó Óscar Bonilla, padrastro de la joven.

“Gabita”, como le llamaban en su casa, era la mayor de dos hijas. Cumplió 21 años al cursar el segundo año en la Escuela de Administración para ser contadora, como su padre, Fernando Orbe.

La universitaria compró con ilusión su entrada porque era fanática de Tierra Canela, que se presentaba esa noche. Ella quedó con sus amigos  que vería al grupo y de ahí iría a su casa, en la ciudadela Atahualpa (sur de Quito).

Los planes cambiaron. Antes de empezar el concierto se evidenció una deficiente organización. Cientos de personas trataron de entrar gratis.

En un descontrol, la gente rompió las puertas e ingresó como estampida. “Los amigos de Gaby dijeron que se perdió entre la gente. No volvieron a verla”, detalló Óscar.

La universitaria quedó inconsciente en el suelo. Los paramédicos llegaron al lugar para constatar su muerte. El informe dio cuenta de que falleció por asfixia y aplastamiento por el agolpamiento de personas.

El estadio de la universidad tiene una capacidad de 7.000 personas, pero en el concierto hubo alrededor de 10.000 y afuera, al menos 5.000, estimó Daniela Valarezo, intendenta de Pichincha.

Su cuerpo fue trasladado a la morgue esa misma noche. Al mediodía del sábado 23 de noviembre fue retirado y fue velado en la funeraria El Girón. Los familiares querían que el entierro fuera inmediato, pero esperaron a que su hermana Geovanna llegara desde España, en donde estudia con una beca.

El evento no tuvo el permiso

Daniela Valarezo, intendenta de Pichincha, advirtió que la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) se negó a suspender el concierto.

Aquello, a pesar de que el jueves 21 de noviembre se emitió un informe que indicaba que no contaban con los permisos habilitantes. Eso fue conocido por Érick Barba, vicepresidente de la FEUE.

La Intendenta aseguró que el dirigente dijo que el evento se haría porque el estadio, al encontrarse en las inmediaciones de la UCE, tiene autonomía y es instalación privada, además de que tenían permiso del rectorado.

Valarezo informó que hasta el punto de la emergencia se movilizaron 156 agentes policiales, que ejercieron controles en los exteriores para evitar más desmanes.

Franklin Flores, fiscal de la causa, indicó a la Intendenta que -de momento- no hay detenidos por el incidente, ya que primero se deben realizar diligencias investigativas.

La funcionaria advirtió que se entregó la información pertinente para que la Fiscalía cumpla con los procesos de norma.

Hasta la tarde de este domingo 24 de noviembre de 2019, Gabriela fue velada en la funeraria El Girón. Luego se ofreció una misa de cuerpo presente y trasladaron los restos al cementerio Jardín del Valle para el respectivo entierro.

Los familiares advirtieron que presionarán para que haya sanciones. Dijeron que no son suficientes los comunicados emitidos por la UCE ni por la FEUE, ya que se están deslindando responsabilidades. (I)