Explosión afectó locales y viviendas del cantón Durán
Un local de comida quedó destruido en su totalidad y otros más afectados, la madrugada de ayer, por un fuerte estallido al parecer producto de una fuga de gas que hubo en uno de los establecimientos.
El hecho se registró alrededor de las 02:00, en la cuarta etapa de la ciudadela El Recreo, en el cantón Durán, específicamente en el asadero de pollo, ubicado en la villa 46 de la Mz. 444, que alarmó y atemorizó a los moradores del sector.
“Encontré todo destruido, la explosión afectó los bloques y puertas. La casa que divide con el comedor de a lado, tiene doble pared y todo eso voló sin mayor esfuerzo”, relató José Pinos, morador del sector afectado.
Según versiones de habitantes del lugar, la causa de la explosión sería un “posible atentado” a la dueña del local de asadero de pollo, hasta donde habría llegado un desconocido y dejó el artefacto que detonó.
La descarga ocasionó la destrucción de la infraestructura del local, los enseres de su interior, como las puertas principales y sus rejas. Asimismo, las paredes de tres locales adjuntos se vieron afectados y las puertas enrollables, incluso los restos quedaron esparcidos a más de quince metros.
Al lugar, llegaron agentes de Criminalística de la Policía y del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) que prefirieron no determinar las posibles causas del incidente, y anunciaron que darían, posteriormente, una rueda de prensa para dar mayores detalles de lo ocurrido.
Desde la madrugada y durante la mañana de ayer, los uniformados mantuvieron resguardado el sector para evitar robos y saqueos. Mientras que los afectados llegaron al lugar para constatar los daños.
Varios ventanales de otras viviendas quedaron destrozados por el fuerte artefacto. Sin embargo, dos cilindros de gas no explotaron, lo que habría provocado una tragedia de mayor magnitud.
Verónica Quito, dueña de la tienda afectada, mencionó que la llamó un vecino para informarle lo que había sucedido por la explosión.
“Se me ha dañado un congelador y varias perchas con productos, además, dos cabinas telefónicas en las que aproximadamente me tocó invertir 2.000 dólares. Ahora me toca dormir aquí con mi esposo para que no roben”, mencionó Quito.