El 8 de octubre de 2011  un aparatoso accidente causó alarma en las calles Escobedo y Luis Urdaneta, en Guayaquil. El reloj marcaba las 19:45 y en el punto de colisión los curiosos centraban sus miradas en una persona que se retorcía en el piso. “Alguien que llame a una ambulancia...”, se escuchó. Quien requería atención médica en ese instante  era Hernán  García Muñiz, un  ciudadano que circulaba en su motocicleta en esa intersección antes de ser impactado por un vehículo (tipo  Jeep).

El automotor recorría la calle Escobedo (sentido norte-sur) y al llegar a Luis Urdaneta impactó con la moto de placas GTL-0688. “Apareció ese carro de la nada... nunca vi de dónde salió y cuando me di cuenta de lo ocurrido ya estaba en el suelo”, relató el afectado.       

El resultado del choque fue perjudicial para Hernán, quien pasó de ser una persona normal a una con algo de discapacidad: le fue amputada la pierna derecha debido a que se fracturó en cuatro partes. “Este accidente me marcó la vida, ya que ahora hasta me encuentro sin trabajo... Antes del choque era guardia de seguridad y ahora no sé a qué dedicarme”, resaltó.     

Hernán se sumó -desde ese entonces- al listado de víctimas (51.942 entre muertos y heridos) de accidentes de tránsito ocurridos entre 2008 y 2011, en el territorio nacional. Así lo revela un informe de la Comisión Interinstitucional de Educación, Seguridad y Prevención Vial (Covial).  

La seguridad vial es tan vulnerable en el país que un promedio de 13 personas mueren cada día por estos percances, explicó Víctor Jiménez, director de Covial, tras  señalar que cada 24 horas se registran unos 70 accidentes de tránsito en el país (2011), siendo la mayoría choques con 6.876 eventos y 3.889 atropellamientos.       

Jiménez recalcó que  a esta realidad se suma la irresponsable fuga de los conductores involucrados en los accidentes automovilísticos.

Uno de los últimos casos que causó conmoción fue el del arrollamiento de dos uniformados de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) en  las calles Machala y Aguirre, centro de Guayaquil.

El chofer de un bus de la línea 49, identificado como Gustavo Enrique Girón Sislema, quien se encuentra prófugo y tiene orden de captura, es el principal implicado en este caso que cegó la vida del vigilante Juan Javier Barros Vallejo, de 21 años.

El otro elemento de la institución (César Leonardo Bravo Jiménez) se encuentra asilado en la clínica Alcívar con pronóstico reservado.

Imprudencia e impericia  

Para Juan Zapata, vocero de la Dirección Nacional de Tránsito, la imprudencia e impericia lideran las causas de accidentes de tránsito con el 50%, seguido por el exceso de velocidad con el 19%, conducir bajo los efectos del alcohol con cerca del 13% y las imprudencias peatonales con el 8% . “Esos son los factores de riesgo más notorios dentro de la siniestralidad vial”, sentenció.

Guillermo Abad, presidente de Seguridad Vial, indicó que  la mayoría de los siniestros son prevenibles y predecibles, sin embargo, el 94% de los sucesos  está íntimamente ligado con el factor humano.

El uso indebido del celular se ha convertido en uno de los mayores factores de riesgo para la siniestralidad vial, señaló Abad, siendo esa la mayor contravención registrada en el país.

“La epidemia de los accidentes de tránsito se está convirtiendo en una pandemia, por lo que la siniestralidad vial ya no es vista como un problema de tránsito sino como un problema de salud pública desde hace mucho tiempo”, dijo. 

Abad recalcó, además, que el problema está en que no se  aplica en su totalidad la ley vigente. De las diez sugerencias que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS) a los países miembros para aplicar una mejor seguridad vial, el Ecuador tiene recogido el 80% de esas sugerencias en su normativa, sin embargo, al menos el 50% de la ley no se cumple porque existen compromisos políticos gremiales que están por encima de la seguridad vial de los ciudadanos, indicó.

“En este mismo momento todo el transporte público de pasajeros está operando ilegalmente, puesto que el 31 de diciembre feneció el plazo para la reversión de rutas y frecuencias al Estado por segunda ocasión, pero no se cumple el mandato legal y siguen circulando”, dijo.

Fenecen los permisos

El funcionario explicó que la normativa señala  que se reviertan las rutas y frecuencias al Estado y que estas   nuevamente sean concedidas a los transportistas, pero a través de un contrato de operación y ya no con permiso.

“La figura del permiso  ya feneció y el contrato de operación tiene por objeto garantizar la seguridad, la eficiencia y el confort del ciudadano”, relató.

“Los transportistas piensan que esa ruta o frecuencia es de su propiedad y no es así, la Agencia Nacional de Tránsito debe supervisar eso”, señaló.    

La edad promedio de los conductores que causan accidentes es de 18 a 25 años, y los días que más se registran  son los sábados con el 21.1% (3.469), domingos con el 18.2% (2.863) y viernes con el 17.3% (2.544). La mayoría  en horas de la noche y de la madrugada.