Escrache, ¿una forma de hacer justicia?
“La justicia es ciega”, esta es una frase cargada de dolor, tristeza, frustración e ira. Hace referencia a los ojos vendados de la Dama de la justicia, que es la personificación alegórica de la fuerza ética del sistema judicial y legal que esta instaurado en el mundo.
113 mujeres y niñas han sido víctimas de feminicidio, la impunidad en la mayoría de sus casos es la constante. Procesos retrasados, agresores y feminicidas prófugos o libres, fiscales sin capacitación en temas de género y una función judicial sin presupuesto para temas de violencia hacia las mujeres, hace que el acceso al sistema de justicia sea todo un calvario.
Rita Segato, dice que las estructuras, en este caso el sistema judicial, que supuestamente están hechas para ayudar, a veces son las que más obstaculizan. Entonces, ¿cómo las víctimas de violencia pueden denunciar a sus agresores sin ser revictimizadas, sin que sus casos sean deslegitimados o queden impunes?
En los últimos años ha tomado fuerza una forma de protesta social que denuncia todo tipo de violencia de género, el escrache feminista. Es una denuncia pública que expone al agresor y la violencia vivida. Es una alternativa para encontrar justicia y reparación desde la victimas.
La palabra escrache tiene origen en Argentina, este era un repertorio de acción política usado por la agrupación de derechos humanos HIJOS para denunciar la impunidad y visibilizar a los dictadores y torturadores. Sus integrantes realizaban manifestaciones o acciones directas en los domicilios y lugares públicos donde estaban los genocidas liberados para denunciar públicamente sus crímenes. Similares manifestaciones eran realizadas en toda Latinoamérica, solo que con distintos nombres de acuerdo a la jerga popular de cada país.
En el escrache feminista, las mujeres retomamos este repertorio de acción para denunciar la impunidad y la injusticia. Espacios virtuales han sido la alternativa para denunciar las violencias, y publicar testimonios, sean anónimas o no. Esto ha sido una herramienta poderosa para prevenir que otras mujeres también sean agredidas o potenciar que las sobrevivientes de violencia por parte de un mismo agresor se encuentren y puedan llevar a cabo procesos legales o de sanación juntas.
El escrache feminista es un mecanismo que denuncia y da voz a las víctimas y sobrevivientes de violencias machistas para romper la invisibilización, la injusticia y el silencio. Son acciones que genera presión social para evitar la impunidad, que permiten generar otras formas de justicia y reparación, como el contar lo vivido y sentirse acuerpadas y acompañadas por otras. En un mundo donde el sistema legal cuida más de los agresores, que de las víctimas, el escrache es una práctica legítima para hacer justicia. Como se dice en Argentina: "Si no hay Justicia, hay escrache".