Antonio Arízaga, vicepresidente de Alianza Internacional de Migrantes, presidente del Frente Unido de Migrantes Ecuatorianos.
Antonio Arízaga: “Migrantes transitan por el callejón de la muerte”
Él migró a Nueva York hace 15 años y pasó por la frontera entre México y Estados Unidos. Estudió sociología en la Universidad de Cuenca, pero no terminó la carrera. Antonio Arízaga, vicepresidente de la Alianza Mundial de Migrantes, y presidente del Frente Unidos de Migrantes Ecuatorianos, conversó por teléfono con este diario sobre la migración ilegal a EE.UU.
¿Qué esperan de la Cancillería en casos como el de la muerte de dos connacionales en el Río Bravo?
Pedimos mayor celeridad y responsabilidad en la búsqueda de ecuatorianos secuestrados en Tamaulipas, en la frontera entre México-Estados Unidos, así también en la repatriación de los fallecidos en ese río mientras huían de sus captores.
Para el Frente Unido de Migrantes Ecuatorianos, es una situación dramática para los familiares. No solo pierden a sus seres queridos, sino que también están endeudados, e incluso se quedan sin sus propiedades al no poder pagar las deudas a los chulqueros y coyotes.
¿Qué debe hacer el Estado frente a esto?
Ecuador debe dar una respuesta integral al problema de la migración y de la desaparición forzada de personas. Eso es considerado un crimen de lesa humanidad y no prescribe. El Estado debe apoyar a las víctimas, con personal capacitado en Justicia y derechos humanos. También a sus familiares, que necesitan apoyo psicológico y moral. Lo importante es activar de inmediato el Protocolo de Actuación, artículo 3: la investigación debe ser asumida por el Estado, no como una simple formalidad, sino para evitar la impunidad que reina y campea en Ecuador. Creo que las autoridades de estos países han fracasado porque existe retraso procesal en pruebas de ADN, por ejemplo, que deberían hacer a los familiares. Por esta razón, las asociaciones de migrantes hemos acudido a entidades internacionales y de derechos humanos, para que realicen esos exámenes.
Se hicieron las pruebas a más de 2.000 personas fallecidas en la frontera mexicana-estadounidense. Es una situación alarmante, todas las semanas ocurre algo, pero es un tema que no termina ahí, tiene sus orígenes en la pobreza, la falta de trabajo y de oportunidades en los países desde donde sale la gente.
¿Cuántos ecuatorianos están desaparecidos, según sus reportes?
Existen 120 connacionales reportados en los últimos 10 años. Pedimos a la Cancillería y a la Embajada de Ecuador en México y a la de Estados Unidos, así como a los consulados de ambos países que se sumen a organismos internacionales para buscar a estos ecuatorianos.
¿Qué acciones han hecho ustedes a favor de los desaparecidos?
Hace una semana tuvimos una vigilia con las madres de los ecuatorianos desaparecidos que buscan a sus hijos en la frontera. Siempre pedimos información a México, a sus organizaciones religiosas y de derechos humanos, para que nos ayuden a la localización de nuestros compatriotas.
Los organismos de derechos humanos dicen que los migrantes son secuestrados.
Tenemos datos escalofriantes. En noviembre pasado tuvimos la cumbre mundial de madres de los desaparecidos. Y allí conocimos algunas cifras: solamente en Europa se reportan 17.000 personas desaparecidas. También hay secuestros en Libia, así como venta de migrantes para esclavizarlos. Atrás de esto se ha identificado el tráfico de órganos. Pero ese un tema muy difícil y las autoridades no quieren hablar sobre ello. En México hay 120.000 personas desaparecidas, según sus organizaciones de derechos humanos. Todos los latinoamericanos que migran de manera ilegal hacia Estados Unidos, vía México, transitan por el callejón de la muerte.
En los últimos 15 años, los secuestros a los migrantes de tránsito han aumentado. Ellos son los más vulnerables, hay que considerar que sus familias tienen miedo porque son chantajeados y extorsionados.
¿Cuáles son las rutas más peligrosas para la migración entre México y Estados Unidos?
Hay diferentes rutas; las más peligrosas son las del Río Bravo, por sus corrientes. Pero los coyotes suelen decirles que el viaje será fácil, aunque eso es mentira. Otra ruta es la del desierto de Sonora, que en verano tiene más de 40 grados centígrados. Otro peligro que acecha a los migrantes es la cacería del crimen organizado. Ellos no solo les exigen dinero a sus familiares, sino que les mienten y les dicen que están vivos. También los reclutan para sus actividades criminales, por ejemplo, en Tamaulipas asesinaron a más de 100 migrantes, para obligarlos a cometer actividades ilícitas. En ese caso solo se salvó un ecuatoriano, que fue testigo de ese crimen y hoy está protegido. Además, hay trata y obligan a las mujeres a prostituirse.
El tema de la migración es más fuerte al sur de Ecuador. ¿Ustedes han recibido denuncias en contra de coyoteros?
Los familiares tienen temor y no hablan. Ellos ya tienen identificados a los coyotes y a sus conexiones internacionales, pero no dicen nada sobre el tema. También se sienten mal cuando van a las autoridades para pedirles ayuda porque ellos les reprochan por esa situación. Creo que deben investigar a fondo y no mirar a un costado. No sé si las autoridades también tienen miedo o no están en condiciones de establecer lo que ocurre en estos casos.
Es un problema multidimensional. La población también debe conocer los riesgos y peligros de la migración irregular. ¿Qué dice usted?
Los verdaderos responsables de esta tragedia están en nuestros países. Mientras no haya oportunidades, la gente saldrá. Pero, además, hay que ayudarles a medir las consecuencias de esos viajes porque las fronteras están más complicadas. Hay que alertarles sobre los peligros que se corren si van sin papeles a Estados Unidos. El Gobierno también debe buscar alternativas para evitar esa migración.
¿Cómo ha cambiado la situación para los migrantes sin papeles en Estados Unidos durante el gobierno de Donald Trump?
Todo está muy difícil. En Estados Unidos no se puede conseguir trabajo por falta de documentos. No se puede conducir si no tienen licencias. La política migratoria de Trump empeoró la situación de los migrantes indocumentados. Hay redadas permanentes en fábricas, en las calles, en los trabajos, e incluso en las casas. Los que salen de sus países de nacimiento están desesperados y no miden la gravedad ni los riesgos de la migración. Hace falta información sobre ello y políticas públicas. (O)