Entre 2011 y 2012, ‘ajuste de cuentas’ dejó 293 casos
El móvil del crimen de Randy Milagro Torres Sande, de 45 años, baleado dentro de un bus de la línea 121 el pasado 15 de julio por la avenida de las Américas, sería la venganza.
Así lo consideró la cónyuge del fallecido, Doris Guerrero, pues relató que hace unos 5 años su pareja asesinó de dos puñaladas a un ganadero en Los Ríos, pero alegó que fue en defensa propia.
“El crimen se debió a una venganza porque juraron que lo iban a matar. Randy hace unos días me dijo que sentía que lo seguían”, precisó la mujer, mientras esperaba por los restos de su allegado en los exteriores de la morgue de la Policía.
Torres comercializaba celulares y tramitaba préstamos en una cooperativa de transportes de la terminal terrestre, al norte de Guayaquil, desde donde tomó el bus para dirigirse hasta su domicilio, pero a pocos minutos de salir, dos jóvenes de entre 18 y 19 años, que simularon ser pasajeros, le dispararon a corta distancia en la cabeza.
El asesinato de Torres forma parte de las estadísticas procesadas por el Observatorio de Seguridad Ciudadana de Guayaquil (OSCG), que en lo que va del presente año contabiliza 53 casos de muerte motivados por el ajuste de cuentas o venganza.
El último informe del OSCG señala que en 2010 la venganza era la tercera causa de los homicidios; en ese año, de cada 100 mil habitantes mataron a 5 personas; para el 2011 fue la primera, con 240 casos (62,66%). Hoy continúa siendo la primera causa de crímenes en la urbe cometidos por sicarios, asesinos a sueldo y brazo armado de las bandas delictivas.
De 159 asesinatos reportados en Guayaquil entre enero y julio, 53 (33,33%) ocurrieron por esta vía. Le siguen 41 casos por violencia interpersonal (riñas) y 13 por problemas pasionales.
Esos índices, según Gabriela Saltos, directora del OSCG, refieren que la venganza desplazó al segundo lugar a las grescas, al igual que el año pasado que ocupaba el segundo puesto entre las causas para que se produzcan los asesinatos.
Para Daniel Adler, experto en seguridad ciudadana, los sicarios actúan sin precedentes y comienzan a ser cada vez más certeros y desde ya hace más de 3 años imbatibles.
“El sicario también cuenta con algunas ventajas, éste es quien decide cuándo atacará utilizando el factor sorpresa, también recopila información de su víctima logrando de esta forma preparar las condiciones de dicho ataque”, explicó Adler, quien citó el informe que realizó el relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales de la ONU, Phillip Alston, donde alertaba sobre el fenómeno del sicariato en Ecuador.
“Se estima que del 11 al 14% de homicidios en Ecuador son cometido por sicarios, con la más alta incidencia en Guayas y en Esmeraldas”, afirmó. Para Alston, aquellos crímenes atribuidos al sicariato resultaban difíciles de investigar. “La impunidad por dichos asesinatos se debe a fallas en el sistema de justicia penal (...), la falta de voluntad para investigar y enjuiciar estos asesinatos. El no hacerlo niega la justicia a la familia de la víctima”, indicaba
En ese sentido, en su informe de 2011 sobre la situación de los derechos humanos en Guayaquil, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (Cpddh) recordó el asesinato en julio de ese año de Marlon Lozano, dirigente campesino de 30 años. El hombre recibió un disparo en la cabeza por un desconocido, pero según la Cpddh, un año después, la investigación no avanza e incluso se le retiró la protección a los testigos.
Adler señaló que los sicarios conocen la mentalidad de los vecinos, los cuales generalmente nunca se involucran o denuncian actividades sospechosas de estos individuos para evitar posibles retaliaciones.
Con la intención justamente de evitar esa situación, hace aproximadamente un mes, 26.000 líderes de 484 sectores organizados de Guayaquil se comprometieron a participar de la campaña “Desarmemos a los delincuentes”.
El presidente de la Comisión de Participación Ciudadana, Raúl Patiño, dijo que la única forma para desarmar a los delincuentes está en el fortalecimiento de las redes de solidaridad de los sectores organizados de Guayaquil, que de manera anónima informarán con precisión a la Policía sobre el paradero de los delincuentes y las bandas organizadas que operan en Guayaquil.