Cabildo de Playas anula escrituras de Álvaro Noboa en Engabao
El registrador Municipal de la Propiedad del cantón Playas, provincia del Guayas, anuló la inscripción de las escrituras de 174 hectáreas que la compañía Viviendas Masivas Ecuatorianas (Vimare) reclama como propias dentro de las 7.427 hectáreas de la comuna Engabao.
Según el documento, firmado por el abogado Wilher Mite Alejandro, delegado del Registrador de la Propiedad de Playas, la anulación de las escrituras fue realizada acogiendo la sentencia de la Sala Especializada Penal de la Corte Provincial de Justicia de Guayas, emitida en noviembre de 2016.
En esta se reconocieron los derechos ancestrales de la comuna Engabao sobre el territorio indicado.
El presidente de la comuna, Pedro Tomalá, recordó que en la resolución los jueces José Poveda, Manuel Torres y Carmen Vásquez dispusieron al registrador de la propiedad la anulación y abstención de inscribir cualquier título de gravamen o de propiedad dentro del territorio señalado.
“Las autoridades del Registro de la Propiedad de Playas se demoraron más de dos años en cumplir lo dispuesto. Es decir, cayeron en la participación del delito de desacato a una orden de la autoridad judicial”.
El ciudadano agregó que la demora del cabildo de Playas dio paso al inicio de acciones ilegales de la compañía Vimare, cuyos representantes intentaron invadir las tierras de la comuna varias veces.
El presidente comunal y los habitantes de Engabao muestran escepticismo en el cumplimiento de las resoluciones judiciales y administrativas.
“Las tierras son nuestras por el derecho ancestral que consta en nuestra Carta Magna, sin embargo en la zona que reclamaba Vimare permanece un piquete de policías que no nos permite el paso”, manifestó Tomalá.
El equipo periodístico de diario EL TELÉGRAFO constató este miércoles 30 de mayo la presencia de cuatro uniformados de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de la Policía en los terrenos comunales que reclama Vimare en la zona denominada Puerto Engabao.
Los gendarmes confirmaron que la presencia policial es únicamente preventiva. “Aquí no puede pasar nadie. Ni los comuneros ni los representantes de la compañía (Vimare). Estamos aquí para prevenir enfrentamientos”, dijo uno de los policías de la UMO, quien no se identificó.
El síndico de la comuna, Sergio Lindao Tomalá, también mostró su incredulidad sobre el cumplimiento de la sentencia. “La anulación de las escrituras por parte del Municipio de Playas ocurrió el 16 de mayo, según el documento emitido, pero el 21 de mayo más de 100 personas quisieron tomar posesión de la zona y se metieron a robar en las casas que la comuna posee frente a la playa en Puerto Engabao”.
Geovanny Borbor, comunero, recordó que ese día una turba ajena a la comuna ingresó a las casas a robar.
Guillermo Rodríguez, otro lugareño, recordó que el enfrentamiento dejó un herido por un piedrazo en la cabeza. “Los desconocidos andaban con cuchillos y palos. La Policía los desarmaba, pero no los apresaba”.
El síndico de la comuna insistió en que la Constitución y la actual Ley Orgánica de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales en su artículo 8 garantiza “la seguridad jurídica de la propiedad y posesión regular de la tierra rural y de los territorios de comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades ancestrales”. “Lo que Vimare llama Merceditas 1 y 2 no existe en Engabao. Una resolución del Ministerio de Agricultura ya dijo que los territorios que ellos reclaman estaban en Chanduy”, manifestó Lindao.
Este diario intentó comunicarse con el abogado Pedro Buitrón, representante de Vimare, pero no fue posible porque está fuera del país. Asimismo, se buscó una reacción del empresario Álvaro Noboa por redes sociales, pero hasta el cierre de esta edición no se pronunció.
Noboa en un insiste en que “desde 1983 la empresa Vimare compró Merceditas 1 y 2 y otras haciendas más en la zona de Engabao. Hemos pagado impuestos por más de 30 años. Desarrollamos un programa ganadero que traerá muchas divisas al país”, indica el empresario.
También advierte que sacará de su propiedad a los delincuentes que la invadan. (I)