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El Telégrafo
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Enfrentar a protectores de pillos, otra labor policial

Enfrentar a protectores de pillos, otra labor policial
19 de febrero de 2012 - 00:00

Uno de los principales problemas que deben enfrentar en su trabajo diario los agentes policiales, sobre todo los de servicio urbano, es la malicia del populacho. Y más aún cuando este arremete contra ellos para evitar que  aprehendan a presuntos delincuentes.

Un caso que causó indignación entre los miembros de la institución del orden se registró el 19 de julio de 2009 en la cooperativa Santiaguito Roldós, al sur de Guayaquil, cuando un grupo de moradores apedreó a una patrulla rompiéndole el parabrisas, las ventanas, las guías y la baliza, en su intento por evitar que los uniformados capturaran a un delincuente en delito flagrante.

A pesar de las explicaciones de los policías, las evidencias y el testimonio de la persona afectada por el robo, el populacho agredió verbal y físicamente a los tres agentes que intervinieron, logrando que el presunto ladrón huyera del lugar. Otro caso ocurrió el pasado 8 de enero en Manta (Manabí), cuando cinco gendarmes fueron agredidos con piedras por la muchedumbre cuando intentaban detener a varios jóvenes que manipulaban explosivos.

Los gendarmes acudieron al sitio tras recibir una llamada de vecinos que denunciaban el escándalo que hacían esas personas en la vía pública. Al intentar detener a uno de los revoltosos, fueron agredidos verbalmente por dos mujeres y a continuación recibieron una “lluvia de piedras”.

Orlando Jácome, jefe de Operaciones del Distrito Metropolitano de Guayaquil, indicó que los agentes tienen la consigna de pedir rápidamente refuerzos, cuando el procedimiento se da en sitios considerados por la institución  como conflictivos y en donde hay antecedentes de disturbios de esa índole.

Ante esta situación, el oficial informa que en cada Unidad de Policía Comunitaria se cumple un rol importante al buscar un acercamiento con los habitantes de determinado sector para motivarlos a denunciar los delitos y, sobre todo, a identificar a integrantes de bandas delictivas.

Estudio revela situación

Sin embargo, según el coordinador del Observatorio de Seguridad Ciudadana de Guayaquil (OSCG), Bernardo Ovalle, ese oficio no es nada sencillo.

El OSCG ha elaborado un estudio de la caracterización de la violencia en barrios urbano-marginales, llegando a la conclusión de que la mayoría de las familias que allí habitan tiene estrechos vínculos de consanguinidad y parentesco entre sí, lo que los motiva a intervenir airadamente cuando alguien de sus miembros está en conflicto con la ley, situaciones que se originan, agrega Ovalle, cuando los presuntos antisociales  son sorprendidos en delito flagrante e intentan huir de los agentes, refugiándose en el sector que habitan, donde, además, persuaden a otros individuos a delinquir.

Sectores conflictivos

La isla Trinitaria, las cooperativas populares del noroeste de Guayaquil y otros sectores como Santiaguito Roldós y Viernes Santo, al sur, son algunos de los puntos donde se registra esta problemática social.

Al referirse a ese tema, Juan Quimís, dirigente de la Brigada Barrial de Bastión Popular, que agrupa a 11 barrios del populoso sector, manifiesta que la comunidad trabaja estrechamente con los policías comunitarios  para  concienciar a las familias con antecedentes de violencia intrafamiliar y motivarlas a que denuncien oportunamente las infracciones  y a sus autores.

“Mientras la gran mayoría de ciudadanos apoya el accionar policial cuando se trata de poner tras las rejas a delincuentes que cometen fechorías, existen personas que incitan al populacho para que se vaya en contra de los uniformados”, indicó Quimís.

Así se evidenció el 27 de septiembre de 2011 en las calles 16 y la K, donde un sujeto que participó de un asalto a los pasajeros del bus de la línea 36, identificado como César Guerrero Quinteros, se refugió en una vivienda en la que   fue detenido.

Sin embargo, los uniformados que se aprestaban a trasladar al detenido ante el fiscal de turno por el delito contra la propiedad, a la salida de la vivienda se encontraron con familiares del presunto delincuente y el populacho que, incitados por Yahaira Nazareno Arroyo, pretendieron rescatar al detenido y al no lograr su cometido  lanzaron piedras y palos contra los patrulleros.

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