En 2015, se efectuaron 802 operativos contra el trabajo infantil
Las promesas de estudio, trabajo y paseo nunca se cumplieron. Menores de edad fueron convencidas por personas aparentemente buenas que les ofrecieron empleo y un mejor estilo de vida. Solo tenían que salir de la ciudad para ser comerciantes y así recibirían un sueldo.
La madre de Jéssica, una de las víctimas, accedió al creer que su hija podría prepararse, pero no sabía que sería sacada del país. Los padres de Fanny, en cambio, sí sabían que iban al exterior, pero se deslumbraron por la idea de un mejor futuro. Al poco tiempo de que las chicas abandonaron a sus familiares todo cambió.
Las caras de sus ‘acompañantes’ ya no eran amables. Por largo tiempo durante el viaje de Ecuador a Brasil las dejaron solas y los procesos para pasar de un país a otro eran extraños: debían presentar documentos falsos o de otras personas.
Las chicas, al llegar a Río de Janeiro, fueron explotadas laboralmente durante unos 4 meses, pero los autores del delito están pagando por lo cometido. Francisco Anrango está cumpliendo una condena de 12 años como autor del delito de trata de personas con fines de explotación laboral, y Cristina Cepeda, 9 años.
Jéssica recordó que en una ocasión durante el viaje de Ecuador a Brasil fue amenazada con ser encarcelada, pero al final de cuentas aparecía uno de los tratantes a ‘arreglar’ la situación; luego volvían a desaparecer. Su destino final fue un cuarto en Río de Janeiro, donde la cama era un pedazo de tela en el piso.
Niños son usados en conflictos
De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 168 millones de niños de entre 5 y 17 años trabajan en el mundo. Más de 300 mil niños son utilizados como soldados y esclavos, mensajeros, cocineros o limpiadores en conflictos armados. Las niñas, las más perjudicadas, son forzadas a convertirse en esclavas sexuales, con riesgo de sufrir enfermedades o quedar embarazadas.
Las chicas ‘reclutadas’ por Francisco y Cristina casi no dormían, pues todos los días tenían que trabajar vendiendo cualquier producto en la calle desde las 07:00 hasta las 23:00, y algunos días hasta las 04:00 del siguiente día. No tenían días de descanso. Además de eso cuidaban a los hijos pequeños de sus ‘jefes’ y les lavaban la ropa.
‘Fanny’, otra víctima, relató que en la habitación vivían 11 personas y que los tratantes le decían que si no llevaban dinero a casa las iban a echar. “Ellos tenían relaciones delante de nosotros. Todos almorzaban a escondidas para no darnos a nosotros”, relató. Pese a que en el sitio había un teléfono no podían revelarle a sus padres lo que realmente ocurría, porque ellos se paraban a poca distancia para controlar cada palabra. Las chicas regresaron a Ecuador de la misma manera como llegaron a Brasil con los pasaportes falsos, pudieron hacerlo porque ‘Jéssica’ se arriesgó a denunciarle lo ocurrido a su madre.
Ella volvió embarazada de uno de los familiares de sus tratantes con quien tuvo una relación. En el país la examinaron y descubrieron que estaba anémica y con problemas de autoestima.
Eduardo Tigua, psiquiatra y psicólogo clínico, manifestó que la explotación laboral en infantes sí daña la autoestima y perpetúa su sentimiento de dependencia. Para él esto no quiere decir que, por eso, en el futuro no tendrán sentido de la responsabilidad, ya que depende de la capacidad de adaptación individual.
El especialista indicó que cuando el delito ha provocado “huellas considerables en el menor de edad”; es decir que perturban su salud mental, es necesario un tratamiento psicológico. “En muchos casos su resiliencia, capacidad de asimilar contingencias, los pone a buen recaudo”, aseguró.
Tigua añadió que “hay estudios que, poniendo aparte demagogias y sensiblerías, han encontrado que el trabajo infantil, debidamente pautado, no tiene por qué satanizarse y que obviamente se debe vigilar que no se cometan excesos con el niño”.
La jornada no excederá 6 horas
Gabriela Junco, jueza de la Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia en Guayas, explicó que la edad mínima para todo tipo de trabajo, incluido el servicio doméstico, es de 15 años, según el artículo 82 del Código de la Niñez y Adolescencia. El patrono debe cumplir con las obligaciones laborales y sociales que le impone la relación de empleo.
En el artículo 84 de la misma normativa consta que por ningún motivo la jornada de trabajo de los adolescentes podrá exceder de 6 horas diarias durante un período máximo de 5 días a la semana. Los menores deben educarse.
Junco hizo referencia también al artículo 87, en el que se estipula que se prohíbe el trabajo de adolescentes en minas, basurales, camales, canteras e industrias extractivas de cualquier clase.
La OIT revela que de cada 10 jóvenes que trabajan en el mundo (entre los 15 y 17 años), cuatro lo hacen en trabajos peligrosos o en condiciones claramente perjudiciales para su salud, manejando maquinaria pesada, químicos o en hogares donde sufren abusos.
Se rescataron 2.233 niños
Durante 2015, la Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) realizó 802 operativos para erradicar el trabajo infantil, en los que rescató a 2.233 niños y adolescentes que se encontraban realizando alguna actividad de trabajo infantil (venta de frutas, venta de caramelos, etc.). Ellos son retirados de los lugares y entregados a un representante legal mediante un acta de responsabilidad.
De enero a marzo de este año, 417 menores en situación de riesgo fueron recuperados en la Zona 8 de Policía, que comprende los cantones Guayaquil Durán y Samborondón. En ese mismo tiempo, 3.887 personas fueron capacitadas acerca de los derechos y deberes de los infantes.
Álex De Mora, jefe de la Dinapen de la Zona 8, informó que su unidad en estos últimos tres meses realizó 47 operativos de control en las tres ciudades, con el fin de erradicar la mendicidad y el trabajo infantil. (I)