Elvis y Dalton embargaron de tristeza a sus familiares

Los conscriptos Elvis Abraham Mercado Zambrano y Dalton Josué Holguín Chuquimarca, desde niños quisieron servir a la patria desde las Fuerzas Armadas (FF.AA.). Ambos murieron como consecuencia del volcamiento de un camión militar en Gualaquiza, Morona Santiago, la mañana del miércoles último.

Elvis fue hijo del suboficial segundo del Ejército Elvis Mercado Murillo. “Desde pequeño mostró su apego y amor a la institución castrense. La carrera de las armas lo apasionaba, junto a la práctica del fútbol y la natación”, manifestó el suboficial Mercado, quien por trabajo reside actualmente en Quito y el jueves se encontraba en la Base Aérea de Guayaquil para recibir los restos de su vástago.

El joven Mercado, a sus 19 años, ingresó en marzo de este año en el  Ejército, donde era conscripto en la unidad de movilización, en Guayaquil. “Yo como padre quería que mi hijo me superara en  esta carrera tan sacrificada, por la cual en múltiples ocasiones se tiene que dejar a la familia y la convivencia se complica”, expresó su padre, embargado por la pena.

También, el suboficial Mercado manifestó que su anhelo siempre fue que su hijo Elvis se incorporara a la Unidad de Comunicaciones del Ejército, como él.

Además, durante el arribo del cadáver de su vástago, desde el cantón Gualaquiza, Ana Zambrano, de 40 años, mostró su dolor con un largo silencio y mirada perdida. Ella permanecía inmóvil en uno de los asientos del bus militar.

“Mi hermano se fue a la conscripción, porque quería ayudar en la manutención de la casa y darle más comodidades a mi madre”, recordó Andrea Mercado, hermana del fallecido Elvis Abraham, mientras consolaba a su progenitora.

La mujer, de 26 años, se mostró resignada ante lo que ella calificó como los designios de Dios. Por ahora lo recuerda como un joven soñador y dedicado al cuidado de su familia.

Era un enamorado de la carrera militar

En el mismo escenario se encontraban los familiares del otro conscripto fallecido, Dalton Holguín. Eran alrededor de 10 personas que se consolaban entre ellas y miraban al piso o al cielo.

El dolor que reflejaban sus rostros era sobrecogedor. Todos, en un  primer momento, evitaron el contacto con los periodistas que se encontraban en la base aérea militar.

Minutos después, el grupo de personas ingresó en la sala de preembarque de la terminal aérea y Luisa Sarango, tía del conscripto Holguín, habló sobre su pariente.

Sarango, como si tomara fuerzas para hablar de su sobrino fallecido, se arregló la blusa que vestía y manifestó que a las 12:00 del miércoles, cuando ocurrió el accidente del camión militar, sintió un frío en su cuerpo y el abrazo de un ser espiritual, dice ella. “Lo primero que pensé era que me iba a morir. Nunca se me pasó por la cabeza que mi sobrino querido había fallecido”.

Dalton Holguín, de 21 años, se  graduó en el colegio militar Teniente Hugo Ortiz de Guayaquil, y desde ese momento siguió la tradición familiar de pertenecer a las fuerzas del orden del país.

“En el primer llamado para la conscripción, en diciembre, no pudo acuartelarse y en marzo de este año lo logró. Él quería servir a la patria y siempre vivió enamorado de la carrera militar”,rememoró Luisa Sarango, quien lo acompañó para enrolarse en las Fuerzas Armadas.

Dalton era el único varón de Narcisa Chuquimarca Sarango y Dalton Holguín. Tenía dos hermanas, de 26 y 23 años. Ellas se quedaron con la intención de celebrar el 28 de mayo el cumpleaños 22 de su hermano.

“El fue mi primer sobrino. Yo lo aconsejaba siempre y conversábamos sobre las carreras de nuestros familiares que estuvieron en la Fuerza Aérea Ecuatoriana y la Policía Nacional. Él quería seguir el curso para soldado”, dijo Sarango.

La mañana de ayer los restos de Holguín eran velados en la vivienda de las calles M y la 24, suroeste de Guayaquil, donde él había planeado celebrar hoy el cumpleaños de su tía Luisa con una cena típica: arroz,  menestra y chuleta. “Esa era su comida favorita y yo se la iba a preparar, pero el destino quiso que no celebre el Día de las Madres, ni mi onomástico”, expresó su pariente.

Las otras dos víctimas del percance de tránsito, el sargento primero Jempekat Oswaldo Juank Chinkias y el cabo segundo Alfredo Fabricio Chispón Cuzco, fueron sepultadas con honores en Gualaquiza, Morona Santiago, y en Celica, Loja. (I)