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El robo de partes humanas es latente en U. Guayaquil

El robo de partes humanas es latente en U. Guayaquil
18 de julio de 2011 - 00:00

El robo de partes humanas en el anfiteatro de la Facultad de Medicina, de la Universidad de Guayaquil, preocupa a las autoridades y estudiantes del establecimiento de educación superior.

Huesos del brazo o pierna y hasta cráneos enteros han sido hurtados por desconocidos, que en su afán de cumplir con su objetivo causan daños en las instalaciones. “Se han metido por las ventanas del baño dañando incluso las rejas...”, reveló Rafael Coello, director del Departamento de Morfología y del Taller de Preparaciones Anatómicas de la institución.     

El especialista médico consideró que el único camino por el cual alguien quiere llevarse una pieza humana es para comercializarla. “No hay otra intención porque una parte esquelética en la casa no te sirve de nada”, resaltó. 

Esta situación, según Coello, ocurre desde hace años en la  facultad, al punto  que  se atribuye a  los mismos conserjes la profanación de los cuerpos. “Aquí comercializaron con los huesos toda la vida  (especialmente) con aquellos esqueletos que quedaban después de terminado el año lectivo, en eso se convirtió la carrera: en un modo de vida”, acotó.

El  hurto de las partes humanas genera un gran perjuicio a los estudiantes de Medicina, debido al déficit de cadáveres que hay. Así lo consideró Coello al mencionar que al año llevan, desde la morgue de la Policía y de Tránsito, entre cuatro y cinco cadáveres para ser analizados para un promedio de dos a tres mil estudiantes.   

La donación del cuerpo de una persona fallecida se cumple bajo el artículo 89 de la Ley Orgánica de Salud, el cual detalla: “Los cadáveres no identificados o que no fueren reclamados en el plazo de treinta días posteriores a su fallecimiento, se entregarán a título de donación a las facultades de Ciencias Médicas o de la Salud legalmente establecidas dando preferencia a las estatales, o se inhumarán de conformidad con las disposiciones pertinentes”.

Sin embargo, en medio de esta actividad se pueden dar delitos como  el tráfico de órganos, profanación de tumbas para robar las osamentas, los mismos que están contemplados en el Código Penal vigente en los artículos 190, en su parte final, y 401.

Así lo indicó el fiscal Jorge Blum, quien agregó que hasta la presente fecha no se ha registrado ninguna denuncia por esos delitos, en caso de cadáveres abandonados o sin identificar en las morgues.

“En los casos de muerte violenta, la Fiscalía actúa, por medio de un parte policial o denuncia. Se inicia la investigación, una vez que el cadáver es reconocido por al menos dos familiares para establecer su identidad”, indicó el fiscal, quien agregó que si se registra esa actividad  no se ha   denunciado oportunamente.

El médico Hernán Cáceres relató que durante su paso por la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, los encargados de venderle las osamentas eran los responsables de Morfología, quienes ya tratados y barnizados los sacaban de los que iban a ser encinerados, es decir, los cadáveres muy viejos que nadie reclamaba en su debido momento.

Manifestó que los huesos son comercializados por los mismos estudiantes, es decir, los de quinto o  sexto año se los venden a los de primero y segundo y así, con el transcurso de los años continúan dando vueltas en la misma facultad.

Sin embargo, hay profesores, agregó, que obligan a los estudiantes a conseguir diferentes partes del esqueleto humano para su respectivo análisis en clases, por lo que se ven en la necesidad de “negociar” las osamentas, que llegan a tener valores que ascienden hasta los $ 50, con sepultureros o personal de las morgues de Medicina Legal.

Alumnos temen por su salud ante uso del formol en cadáveres

La utilización del formol como método para conservar los cadáveres preocupa a los estudiantes de la carrera de medicina, debido a que su efectividad es seriamente cuestionada.

El estudiante Pedro Banchón confirmó que incluso hay algunos cuerpos en descomposición a consecuencia de esta sustancia. “Son unos cadáveres que tuvimos que limpiarles la piel porque tenían especie de hongos...”, narró.

Ante esta situación, en la facultad se ha implementado un sistema de gliserinado que  ha servido para mejorar la calidad del cadáver.

Informe revela mal estado de las aulas de la universidad

Bancas en mal estado, ventiladores averiados y daños en el techado de las aulas son algunas de las deficiencias en la infraestructura física detectadas en la Escuela de Medicina de la Universidad de Guayaquil.

Un informe firmado por el coordinador de cátedra de la entidad, César Pazmiño, reveló que a estas anomalías registradas se suman la falta de limpieza en el sistema de cañerías de agua potable y desagües. Otro problema tiene que ver con la falta de ventilación y climatización adecuada en las aulas.

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