A las 13:00 del viernes pasado una gresca entre personas privadas de libertad (PPL) alertó a los guías que tienen a cargo el pabellón 3 Alto, de la Penitenciaría del Litoral. Se trataba de una pelea en la que están involucrados dos internos que ocasionaron la muerte de Fernando Evaristo Mina Carcelén, producto de severos golpes en la cabeza.

Ángel Panta, jefe de guías del centro carcelario, habla sobre la situación vulnerable en que viven las PPL y lo que  motiva para que haya  este tipo de problemas en el interior del penal.

Aunque asegura que es casi imposible que el nivel de conflictividad desaparezca, reconoce que es posible    reducirlo mejorando las condiciones estructurales del centro, lo cual se da actualmente con la reconstrucción de 12 pabellones a través de la inversión estatal.

¿Qué tipo de control se ejerce en el interior del penal?

En cuestiones de seguridad interna nosotros mantenemos cerrados los pabellones, pero aquí el problema es que  ellos tienen sus celdas abiertas y pueden moverse hacia donde quieran.

Por el día, por ejemplo, hay guías hasta en los techos para evitar que se suban a la parte superior de las instalaciones. Pero si pongo de un lado a los vigilantes, se suben por el otro... siempre van a buscar una forma de hacerlo, son como hombres araña, porque son capaces de pasarse por los filos de las paredes sin problema. En las  noches designamos guías en ciertos puntos altos para tener un control más efectivo.

Ustedes como guías no están armados y no cuentan con ningún tipo de artefacto para controlar  a los internos en caso de un altercado, ¿cómo logran ejercer su autoridad así?

Todo lo manejamos por la voz de mando que tenemos. Siempre es necesario gritar más a los considerados polillas. Por ejemplo, cuando decidimos hacer las sorpresivas requisas son los que más reclaman, pero las hacemos y punto.

A pesar de que realizan frecuentes requisas casi siempre  encuentran sustancias  prohibidas, ¿cómo evitar que ingrese la droga al penal?

Todavía no encontramos el filtro por donde entra la droga. Ellos siempre van a intentar ingresar estupefacientes, tal vez sea porque la mayoría son drogadictos y para ellos la prohibición interna es como quitarle la medicina a un enfermo.

¿Cómo es la convivencia entre las personas privadas de libertad? 

Aquí están todos entreverados, los detenidos  por robar un celular, asesinato, violación, narcotráfico, etc. Con la reconstrucción de la cárcel es eso lo que justo se quiere cambiar, ahora sí se los clasificará. Aquí sería bueno que también intervenga la parte judicial o de la Policía Nacional.

¿A qué se refiere?

A que hay ocasiones en que detienen a una persona y es juzgada sin darle tiempo para que se defienda.

¿Está tratando de decir que aquí hay internos inocentes?

Bastantes. Hay personas que no están sentenciadas y siguen presas. Dónde está la parte judicial que debe    agilizar los procesos.

¿El conflicto entre  internos continúa generando problemas?

Ahora es poco...  Del 100% que había antes, tenemos un 90% a nuestro favor, es decir que  se ha bajado el nivel de conflictividad. Ha bajado bastante, específicamente en el tema de extorsión interna y venta del reo.

Hace pocos meses se procedió a la detención de guías presuntamente implicados en actos de corrupción en el interior del penal, ¿esa acción permitió mejorar las condiciones?

Claro que sí. Pero es  porque la persona que hizo esa denuncia mal intencionada no se encuentra aquí, ya que fue trasladada a  otro centro... Lo que hizo fue por resentimiento, ya que  quería manejar la Penitenciaría a su antojo y  como los compañeros no se lo permitimos, la única manera de hacerlo era  sacando  los guías que no pudo manejar.

¿Por qué no lo involucró a usted?

Porque no me dejo ver la cara de ninguno aquí... a mí me gusta que las cosas sean correctas. Yo sé como son cada uno de ellos.

¿Alguna vez se ha enfrentado con uno de los internos?

Me ha tocado estar a punto, pero primero pienso en lo mío. La otra vez tuve un problema en el Pabellón Alto. Subimos a hacer una requisa con seis compañeros y a lo que voy subiendo me  tuve que enfrentar a un grupito que me estaba rodeando. Yo esperaba que algún compañero reaccionara, hasta que lo hizo uno... de ahí  tomamos fuerza.

¿Hay reos que quieren mandar más que usted?

Hay muchos internos que quieren que les demos explicaciones. Eso conmigo no va.

¿No teme por su vida?

Cuando entré firmé mi contrato de trabajo y de defunción. Aquí la mayoría de los internos lo que hace es amenazar de muerte. Me pasan diciendo que mañana estarán libres y ahí veré lo que me va a pasar.

¿Qué hace en esos casos?

Decirles la verdad: tu amenaza es la número cinco mil. Al único que le temo es a Dios.