El “Martillador” rompe el esquema en la lista negra
El nivel de alarma social que causó el crimen de la joven universitaria María Fernanda Fernández de Córdova Flores (muerta a martillazos) motivó que en la lista de los más buscados no solo se incluya a delincuentes con un largo historial delictivo.
Desde el pasado 24 de octubre, la Policía Judicial y el gobernador del Guayas, Roberto Cuero, decidieron incluir al presunto autor del hecho -identificado como el ex enamorado de la víctima, Roberto Eliut Campos Crespo, de 39 años, apodado a partir del crimen como el “Martillador”- en el puesto 10 de los antisociales más requeridos en la provincia.
Christian Flores, tío de la fallecida, solicitó reiteradamente a las autoridades incluir a Campos entre los cinco primeros sujetos del listado; sin embargo, Cuero explicó que el orden depende de parámetros o condiciones, como el nivel de peligrosidad, las órdenes de captura emitidas, los antecedentes delictivos y la conmoción producida por los crímenes.
Precisamente ese nivel de alarma, que aún está presente en la memoria de la comunidad, es lo que motivó a que Roberto Campos Crespo sea incluido en ese grupo. Pero, ¿qué podría causar que un ciudadano -aparentemente común y sin ningún antecedente criminal- se convierta en un asesino?
El investigador social Lautaro Ojeda, en su libro “Violencia, delincuencia e inseguridad en el Ecuador”, describe algunas de las causas que generan el inicio de la violencia y agresividad en el núcleo social. “Entre ellas se destacan las aspiraciones adquisitivas de las personas, las cuales van ligadas a esa necesidad imperiosa de satisfacerlas de cualquier modo, sin importar si el placer obtenido es momentáneo o duradero”, detalla.
Para el investigador, los factores de la violencia son multicausales, multidimensionales y multifactoriales, lo que la convierte en una cadena que no se rompe. “Es decir, una acción lleva a la otra, entre ellas se incluye el poco control de las personas para manejar la ira, la que en momentos de desesperación puede llevarlos a cometer actos abominables”, manifiesta Ojeda.
Alfredo Santillán, investigador en temas de seguridad ciudadana y violencia urbana, considera que la agresividad se ha convertido en un elemento atemorizador del diario vivir social, ya que puede estar presente en el ámbito personal, familiar y entre amigos.
El aumento de violencia en las personas puede ser provocado, entre muchos factores singulares y específicamente subjetivos, por el no aprender a controlar ciertos accesos de ira o arranques emocionales abruptos, que en el marco de la vida de pareja, por ejemplo, pueden verse potenciados debido a los celos y las inseguridades de todo tipo.
Más de un mes del crimen
Ya ha pasado más de un mes desde que la joven universitaria María Fernanda fue asesinada (4 de octubre) a martillazos y el principal sospechoso del hecho aún sigue prófugo.
Aparte de la recompensa ofrecida por el Gobierno, que puede ascender hasta 10.000 dólares por información a través del 1800-Delito (335486), Flores informó que la familia de la fallecida ofrece 2.000 dólares para quien dé datos del paradero de Campos. Para lo cual puso a disposición el número celular 09-432-6502.
Con el objetivo de informar a la ciudadanía sobre esta medida, los familiares y amigos de la víctima se apostaron el miércoles anterior, desde las 09:00, en el peaje de la vía a Salinas, para difundir la fotografía del sospechoso.
Flores explicó que la iniciativa se dio porque, por motivo del feriado de los Fieles Difuntos, un gran número de personas viaja hacia las playas y se aprovechó esa afluencia para repartir volantes y exhibir pancartas con la imagen de Campos, quien, según conjeturas de los deudos, estaría escondido en la península de Santa Elena. Dijo estar convencido de que el crimen fue cometido por celos.
Los primeros treinta días del execrable asesinato traen consigo el cierre de la indagación previa (por tratarse de un delito flagrante) y el inicio de la instrucción fiscal, a cargo del fiscal de la Unidad de Delitos contra la Vida, Henry Bazurto.
Entre las diligencias realizadas por el fiscal, el pasado 21 de octubre, Douglas Campos Crespo, hermano del sospechoso, rindió su versión sobre lo ocurrido la noche del pasado 4 de octubre en el departamento Nº 1 del condominio Viteri, de la ciudadela Urdesa.
Allí, junto al cuerpo que fue hallado en el baño secundario del departamento, estaba el arma que supuestamente el ex enamorado había usado: un martillo. En el piso era notorio que se había intentado borrar las huellas de la agresión al limpiar la sangre.
Douglas Campos, quien es capitán de Corbeta de la Marina y rector del Liceo Naval de Guayaquil, relató que conversó con el sospechoso por celular, quien le contó que se había presentado un incidente con su ex novia en su departamento y que ella no reaccionaba y no quiso especificar dónde se encontraba.
Raúl Llerena, abogado de la familia Fernández de Córdova Flores, indicó que dentro de lo investigado se verificó que el sospechoso dejó su carro Renault Sandero en la concesionaria donde alquiló un Spark rojo, vehículo en el que fue visto salir aquel día del crimen.
Posteriormente al hecho de sangre, el vehículo rojo fue encontrado abandonado en las inmediaciones del centro comercial La Rotonda, en la Alborada. Llerena añadió que el compareciente reveló números telefónicos, a través de los cuales mantuvo contacto con el prófugo, lo que facilitará a los agentes dar con la ubicación actual del implicado.
Agregó, sin embargo, creer que el uniformado oculta información sobre el paradero del sospechoso, por lo que exhortó a las autoridades navales a que ejerzan presión para que diga el lugar exacto donde se esconde su consanguíneo.