Ángel Maturino Resendiz fue ejecutado con inyección letal en Estados Unidos
El ‘homicida de las rieles’ pidió perdón antes de morir
Los habitantes de Izúcar de Matamoros, Puebla, México, vieron nacer en agosto de 1960 a Ángel Maturino Resendiz, pero nunca se imaginaron que se convertiría en el ‘asesino de las rieles’ y que traería dolor y luto a cerca de 30 familias estadounidenses y mexicanas.
Maturino, que también se identificaba como Rafael Resendiz Ramírez o Ángel Leoncio Reyes Resendiz, fue bautizado por las autoridades policiales y los medios de comunicación como el ‘asesino de las rieles’, puesto que la mayoría de los crímenes ocurrieron en localidades contiguas a las vías del tren.
Según los investigadores, el hombre transitaba con frecuencia de México a Estados Unidos y hasta Canadá, por lo que la verdadera cantidad de crímenes que habría cometido es desconocida.
Perfil criminal
Según el especialista John Douglas, el perfil de este asesino corresponde al tipo de los desorganizados, y a pesar de que es de los más fáciles de atrapar por su poco inteligente y nada sofisticada manera de conducirse, Resendiz por su exclusivo modus operandi evadió eficientemente a la ley por mucho tiempo, a pesar de que los esfuerzos para capturarlo eran considerables.
La infancia de Resendiz no se caracterizó por la unidad familiar ni por un ambiente de solidez y valores. Al parecer no vivió con su madre, sino con otra familia y su vida era en las calles, expuesto a una vida pendenciera y fuera de conducta.
Según su madre, pudo ser incluso atacado sexualmente por los homosexuales de Puebla. A los 16 años ya estaba cruzando ilegalmente la frontera a los Estados Unidos.
Registro criminal
Varias veces fue fichado por diversos delitos, así lo evidencian los registros criminales de Resendiz en los Estados Unidos.
A los 16 años fue deportado desde Bronxville, Texas, luego falsificó su identidad y hasta participó dos veces en elecciones locales.
En 1979 fue sentenciado a 20 años de prisión en Florida por robo y asalto, pero después de 6 años fue liberado y deportado a México. En 1986 purgó una pena de 18 meses por pretender poseer la ciudadanía estadounidense.
También fue encarcelado en 1988 en Nueva Orleans por posesión de arma de fuego; pero igualmente fue liberado al año.
En San Luis, el mismo año, fue condenado a cumplir 30 meses de cárcel por intentar defraudar al sistema de seguridad social.
Maturino Resendiz fue uno de los criminales más buscados por el FBI, pero cuando tuvieron la oportunidad de arrestarlo y condenarlo, no la aprovecharon, ya que al estar detenido en Migración, las autoridades judiciales lo dejaron ir porque el sistema de registro de antecedentes no lo identificó como un criminal peligroso.
Este individuo mató a 15 personas con piedras y otros objetos contundentes, principalmente en sus hogares. Después de cada asesinato se quedaba en las casas por un tiempo, sobre todo para comer, y tomaba las cosas sentimentales y las licencias de conducir de las víctimas. Se robaba joyas y otros artículos y se los entregaba a su esposa en México.
Asesinatos
Jesse Howell, de 19 años, y su novia Wendy Von Huben, de 16, fueron las primeras víctima del ‘homicida de las rieles’. Los crímenes se cometieron en 1997, en Ocala, Florida.
Resendiz golpeó hasta la muerte con una manguera de aire al joven; mientras que a la chica la violó, estranguló, asfixió y enterró en una fosa, en el condado de Sumter.
El 29 de agosto de 1997, en Lexington Kentuky, Christopher Maier, de 21 años, fue atacado cuando caminaba con su novia junto a las vías del tren, ella también fue agredida y violada, pero sobrevivió para identificar a Resendiz como el asesino.
El 4 de octubre de 1998, en Hughes Spring, Texas, la octogenaria Leafie Mason fue golpeada con un objeto contundente de metal en la cabeza.
El asesino entró por la ventana de su departamento, la puerta principal estaba frente al paso de las vías del tren.
El 17 de diciembre de 1998 en Houston, Texas, Claudia Benton, de 39 años, al llegar a su casa fue violada, apuñalada y golpeada con un objeto contundente hasta la muerte.
Su hogar estaba cerca de líneas del ferrocarril. Por las huellas digitales halladas en la Jeep Cherokee de la víctima, se identificó a Maturino.
A partir de 1999 se suman otras víctimas como: Norman y Karen Sirnic de 46 y 47 años, respectivamente; Josephine Convicka de 73 años; George Morber de 80 años. La particularidad de estas personas, es que todas vivían cerca de las vías ferroviarias.
La esposa de Resendiz se puso en contacto con la policía norteamericana y le entregó diversas joyas que habían sido regalos de su esposo.
Posteriormente los familiares de las víctimas reclamaron la mayoría de los objetos. Así se estableció que el criminal de las vías del tren era Resendiz.
El agente de Texas, Drew Carter, entró en contacto con la familia de Resendiz, quien tiene varios familiares esparcidos por Estados Unidos.
Manuela, hermana de Ángel Maturino Resendiz, para evitar que siga matando o que lo elimine el FBI, negoció un trato con el agente Carter, con el fin de mantener a salvo a su hermano, pero los caza-recompensas ya rondaban la frontera.
El trato consistía en proteger la vida de Resendiz y de aplicarle una prueba psicológica. En ningún momento se negoció la no pena capital, ni el posible resultado de un juicio.
La Policía junto con Manuela y un guía espiritual acudieron hasta el puente que une El Paso, Texas con Ciudad Juárez para arrestar al “homicida de las rieles”.
Ejecución
La Policía resolvió por lo menos 15 crímenes, por uno de ellos fue acusado Resendiz y lo sentenciaron a morir con inyección letal, el 27 de junio de 2006 en el estado de Texas.
Antes de su ejecución, el mexicano pidió perdón a Dios y a los familiares de sus víctimas: “Perdóname mi Dios. “Solo quiero saber que existe en su corazón perdón para mí”.
Maturino fue el sexto mexicano en ser ejecutado en Estados Unidos desde 1976 cuando la Suprema Corte de Justicia restableció la pena capital. (I)