El 'hombre fuerte' de Panamá, con una condena a cuestas, sigue hospitalizado
A sus 83 años, el general Manuel Antonio Noriega Moreno yace en una cama de una sala de cuidados intensivos de un hospital de Panamá, profundamente sedado por su estado crítico tras la hemorragia que sufrió después de una intervención quirúrgica para extirparle un tumor cerebral benigno.
El ‘hombre fuerte’ de Panamá como era conocido Noriega, que hoy se muestra indefenso en una cama de hospital, fue el dictador más despiadado y corrupto durante siete años que dirigió el país centroamericano bajo un régimen de facto.
En el período de Noriega, de 1983-1989, se registraron violaciones a los derechos humanos, desapariciones forzadas de personas y se facilitó el tráfico de armas y el narcotráfico hacia Estados Unidos.
De pobre a millonario
Noriega nació el 11 de febrero de 1934 en la ciudad de Panamá, en un hogar con necesidades económicas. Para tener un sustento vendió periódicos y desde joven fue un activista político. Se formó como militar en la Guardia Nacional panameña y cursó sus estudios en la Academia Militar de Chorrillos en Lima, Perú. Y desde la década del 70 trabajó para el dictador izquierdista Omar Torrijos.
Debido a la aparente lealtad de Noriega con Torrijos, el militar fue nombrado, a los 30 años, jefe de inteligencia del país centroamericano. También mantuvo contacto con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
En 1981, tras la muerte de Torrijos en un accidente aéreo, Noriega se convirtió en el ‘hombre fuerte’ de Panamá. Según testimonios de exmilitares panameños, la muerte de Torrijos pudo ser planeada por el exdictador. En 1983 se ascendió a sí mismo al grado de general y controló el Gobierno panameño.
En 1986 fue acusado de narcotráfico, blanqueo de dinero y ser un agente doble de la CIA estadounidense y de los servicios secretos cubanos. También se sospechaba de su posible implicación en el asesinato de uno de sus adversarios, Hugo Spadáfora.
Cuando respondió a las acusaciones vulnerando las libertades y derechos civiles, en 1987, el Senado de Estados Unidos instó al Gobierno de Panamá para que lo expulsara de su cargo e investigara sus actividades.
En 1988 fue procesado por un gran jurado federal de Florida acusado de infringir las leyes sobre crimen organizado, estupefacientes y blanqueo de dinero. Fue acusado de tener vínculos con el cartel de Medellín, del capo colombiano Pablo Escobar, y obtener una fortuna multimillonaria por esa relación.
En diciembre de 1989, fuerzas estadounidenses invadieron Panamá, lo detuvieron y trasladaron a Noriega hasta Miami, Florida.
Juicio en Miami
En septiembre de 1991 se inició el juicio y un jurado, de 12 titulares y seis suplentes, fue seleccionado para decidir el destino de Noriega. El fiscal federal Michael Sullivan presentó el punto de vista del Gobierno norteamericano: Noriega garantizó a los narcotraficantes inmunidad y protección en Panamá a cambio de jugosas comisiones. El abogado Jon May basó la defensa del exdictador en su antigua relación con la CIA.
En mayo de 1991 Noriega declaró mediante un documento preparado por sus defensores, en el que afirmaba que había recibido millones de dólares de la CIA destinados a combatir el régimen sandinista y acusó a los servicios de inteligencia norteamericanos del asesinato de Omar Torrijos.
Noriega fue declarado culpable de los cargos el 19 de abril de 1992, en un proceso que duró siete meses y en el que declararon 78 testigos. La Fiscalía había pedido al juez William Hoeveler que cuando decidiera la pena impuesta a Noriega midiera su sentencia “no en años, sino en décadas.
En julio del mismo año, Noriega, de 52 años, fue condenado por el Tribunal Federal de Miami, Florida, a 40 años de cárcel por ocho delitos de narcotráfico, crimen organizado y blanqueo de dinero.
El general panameño se presentó ante el juez William Hoeveler con su uniforme militar y se dirigió a él en castellano, en un discurso que duró cerca de tres horas, para expresar por última vez sus quejas contra Estados Unidos.
“Como no pudieron matarme (durante la invasión estadounidense de Panamá en 1989), me traen aquí para que usted les haga el favor de matarme en vida”. La pena se redujo a 20 años por buena conducta.
Condenado en Francia
En abril de 2010, Noriega, de 77 años, fue extraditado a Francia, donde lo condenaron a siete años de prisión en 2010 por lavado de dinero. Los jueces consideraron probado que en la década del 80 el exgeneral introdujo dinero procedente del narcotráfico en Francia e invirtió en bienes inmuebles.
En la década del 90 Noriega fue condenado en ausencia a 20 años de prisión en Panamá por el asesinato de un adversario político. El propio Noriega se ha mostrado a favor de la extradición para demostrar su supuesta inocencia.
“Quiero volver a Panamá para demostrar mi inocencia”, dijo Noriega, vestido con una chaqueta negra y una camisa blanca, a la corte. “Dios bendiga a mi familia, a mis enemigos y a Francia”, agregó. Se le concedió la libertad condicional en septiembre de 2011.
El Gobierno estadounidense dio su consentimiento a las autoridades francesas para su traslado a Panamá. El decreto de extradición le fue notificado al político panameño por la Fiscalía de París el 29 de julio de 2011. El 11 de diciembre llegó a su país, directamente a la cárcel a orillas del Canal de Panamá.
Vinculado en caso ecuatoriano
En agosto de 2016, el fiscal general del Estado, Galo Chiriboga, vinculó a Noriega en el caso de Arturo Jarrín, por haber autorizado la detención del ecuatoriano y entregado a la Policía. En Panamá fue receptada su declaración. (I)