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El asesino de Oslo planeó la matanza de 77 personas

El asesino de Oslo planeó la matanza de 77 personas
23 de junio de 2017 - 00:00 - Redacción Justicia

La tranquilidad y la seguridad de la sociedad noruega tambalearon y se estremecieron un viernes 22 de julio de 2011, a las 15:00, cuando estalló una gran explosión en el centro gubernamental de Oslo, donde perdieron la vida ocho personas. Dos horas después, en la isla de Utoya, a 20 kilómetros de la capital, en un campamento juvenil, un hombre vestido como oficial de Policía, armado con un rifle, perseguía y mataba a sus víctimas que contabilizaron 69, más las decenas de heridos regados por el lugar.

La Policía lo arrestó y después fue identificado como Anders Behring Breivik, de 33 años, un terrorista aficionado a los videojuegos y a las armas. Era un devoto de World of Warcraft e incluso confesó que llegó a jugar 16 horas al día a Call of Duty: Modern Warfare 2 (llamada del deber: Guerra moderna 2), una superventas del género de disparos, para practicar tiro antes de la masacre.

Es hijo de Jens Breivik y de Wenche Behring, quienes se separaron en 1980 cuando él tenía un año. Anders no terminó el colegio y visitaba regularmente a su padre en Francia. Pero a los 16, el joven se distanció de su progenitor. Desde 1995 no se volvieron a ver.

Según Jens, los asistentes sociales recomendaron en 1983 que Anders dejara de vivir con Wenche, porque era “emocionalmente incapaz” de hacerse cargo de un niño. Él intentó obtener la custodia y lamentó que “en Noruega siempre le dan la razón a la madre”. Anders se quedó con ella.

El padre consideraba a su hijo “reservado, difícil, pero no… anormal”. Así entre 1999 y 2007 militó en el partido del Progreso, que se cuenta entre los menos radicales de la pujante derecha populista en Europa. Las dirigencia política se distanció de Breivik y de sus actos.

Además, Anders fracasó en varias iniciativas empresariales y, por eso tuvo que volver hace seis años a casa de su madre, en un barrio acomodado del este de Oslo. Vivía de lo que ganó vendiendo diplomas universitarios falsificados en internet. Casi medio millón de euros entre 2003 y 2006.

La madre del asesino, Wenche, reveló a los psiquiatras que percibió signos de la paranoia de su hijo Anders en 2006.

Atentado y crímenes planificados

Breivik organizó el doble atentado entre su habitación de la casa materna y la granja rural que alquiló en el pueblecito de Rena, a 170 kilómetros de la capital. Lo cierto es que preparó los golpes con sumo cuidado y eficiencia. La parte personal de su “manifiesto” de 1.500 páginas –lo que no es una mera copia de contenidos ajenos de internet– reconstruye los preparativos con una prolijidad obsesiva y tediosa en la descripción de cualquier detalle.

Según el abogado Lippestad, el detenido planeó “durante muchos años” cómo ejecutar su matanza.

Efectivamente, el derramamiento de sangre se ejecutó con una crueldad que incluso omitió las súplicas de misericordia de los jóvenes en Utoya. En un momento de la matanza en la isla, Breivik recargó su arma y, con calma, disparó a varios jóvenes en su cabeza. Estaban sentados frente a él, paralizados por el terror. El más joven tenía 14 años.

Juicio y sentencia

En abril de 2012 durante el juicio, Breivik sostuvo que no es un enfermo mental y que se lo debe considerar responsable de los hechos. “Este proceso es muy simple. No soy un caso psiquiátrico, soy penalmente responsable”. Pero matizó que no se siente culpable, porque la culpa recae en los defensores del ‘multiculturalismo’. “Para mí, el 22 de julio no trata sobre los familiares o sobre mí, trata sobre el futuro de Noruega y de Europa”.

El 24 de agosto de 2012, el hombre que mató a 77 personas en el ataque con bomba y un tiroteo en una isla, fue declarado cuerdo mentalmente y condenado a 21 años en prisión por un tribunal noruego.

La jueza Wenche Elizabeth Arntzen acusó a Breivik de homicidio voluntario y de cometer actos de terror en los atentados de Oslo y la isla de Utoya el 22 de julio de 2011.

El tema de la salud mental de Breivik, en la que expertos han dado opiniones encontradas, fue fundamental para la decisión del tribunal.

El veredicto unánime fue entregado en Oslo en el Tribunal de Distrito por un panel de cinco jueces. Breivik, vestido con un traje oscuro y corbata, tenía una leve sonrisa en su rostro cuando se tomó la decisión. Fue condenado a 21 años de prisión para cumplir con un mínimo de 10. El tiempo que ha pasado en prisión cuenta hasta el día del término.

La sentencia podría extenderse, y hasta ser indefinida, en el futuro si Breivik aún es considerado una amenaza contra la sociedad. Noruega no tiene la pena de muerte.

Bjorn Ihler, un sobreviviente de los ataques en la isla de Utoya, dijo que estaba complacido con el resultado del juicio y que se había hecho justicia. “Fue un proceso increíblemente difícil. “Debemos asegurarnos de que no vuelva a pasar otra vez”.

Juicio contra el Estado lo gana

Desde su arresto el día de los ataques, Breivik fue aislado de los otros prisioneros y su contacto con el mundo exterior, tanto visitas como correspondencia, ha sido mínimo. En estos cinco años tan solo pudo pasar unos breves momentos con su madre antes de que esta falleciera de cáncer en 2013.

El asesino dispone de tres celdas en la prisión de Skien, una para vivir, otra para estudiar y una tercera para hacer ejercicios físicos. Además, cuenta con una televisión, un ordenador sin conexión a internet y una play station. Puede preparar su comida y lavar su ropa, pero no tiene contacto con otros presos y tan solo puede hablar con el personal de seguridad.

Al igual que otros reclusos, tiene derecho a escribir cartas y a ver televisión. También tiene acceso a un área reservada afuera “asegurada con muros altos de concreto y alambre de púas”.

Por las condiciones penitenciarias planteó una demanda al Estado. En marzo de 2016, en la audiencia, en la que fue su primera aparición en público luego de su condena, el reo hizo un saludo ‘nazi’ con su mano derecha dirigida a los policías y aseguró que el Gobierno violó sus derechos humanos. Este juicio lo ganó y ahora Anders Breivik podrá salir de su celda y mantener contacto con otros presos. (I)

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