Ecuador no entregó a ex policía bielorruso y fue puesto en libertad
Lo que menos podía imaginar cualquiera de los curiosos que se ubicaron al mediodía de ayer en los alrededores del ex penal García Moreno de Quito, era que quien recuperaba la libertad en esos momentos había sido un ex oficial de la Policía de un Estado que formó parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Vistiendo una chompa gris con la leyenda de la Armada y el característico escudo de los Estados Unidos en el pecho, y con una ligera sonrisa que evidenciaba satisfacción -luego de estar 81 días privado de libertad en el Centro de Detención Provisional (CDP)- Alexander Nikolaevich Barankov mostraba la señal de victoria con sus dedos, que alternada con otra que exhibía su pulgar hacia arriba.
El ex policía bielorruso, de 30 años, recuperó la libertad ayer, a las 13:00, luego de que el presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), Carlos Ramírez Romero, negara el pedido de extradición presentado por la República de Bielorrusia, donde en 2009 se le inició un proceso penal por los supuestos delitos de fraude y soborno.
La resolución judicial, según se argumenta en la sentencia, está fundamentada en que Barankov reside en Ecuador en calidad de refugiado político desde el 23 de julio de 2010, conforme lo resuelto por el Ministerio de Relaciones Exteriores, tras ser considerado víctima de persecución en Bielorrusia.
Barankov estuvo privado de libertad desde el pasado 8 de junio, cuando agentes de la Oficina Central Nacional de la Interpol en Ecuador lo detuvieron en el sector de Ponciano, haciendo efectiva la orden de captura emitida por la CNJ el 24 de mayo de 2012.
El abogado patrocinador de Barankov, Fernando Lara, hizo hincapié en que la resolución de la CNJ es de última instancia y que no está sujeta a impugnación, por lo tanto en este caso el Estado de Bielorrusia no puede volver a solicitar la extradición.
El profesional del Derecho hace la aclaración, luego de que en 2010, Bielorrusia iniciara el trámite de la extradición de Barankov, solicitando previamente la detención preventiva. Ante ese requerimiento, el extranjero fue localizado y se lo detuvo desde el 1 de junio hasta el 22 de julio de 2010, porque su visa había expirado.
Interpol (Policía Internacional, por sus siglas en inglés) describió en ese entonces el arresto de Barankov como un ejemplo del éxito mundial de sus operaciones.
Lara agregó que la solicitud de extradición fue rechazada por la CNJ el 28 de octubre de 2011, alegando irregularidades procesales y la falta de garantías, asumiendo que Barankov no podía someterse a un tratamiento cruel, inhumano o degradante. Sin embargo, la decisión dejó abierta la posibilidad de que Bielorrusia solicite de nuevo la extradición.
“La CNJ dispuso en una providencia que en 40 días el Gobierno de Bielorrusia formalice el pedido de extradición y adjunte una documentación que solicitaba la Corte, pero eso no sucedió, y la ley estipula que en ese plazo si no se da cumplimiento al requerimiento de la Corte, se desestima el pedido y se revoca la orden de detención”, explicó.
Sin embargo, se volvió a insistir y el europeo fue nuevamente detenido varias semanas antes de la visita oficial al país del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Mabel Andrade, esposa de Barankov, describió la segunda detención como una violación grave del derecho de asilo y declaró que su cónyuge correría el riesgo de la pena de muerte si es extraditado.
A finales de julio, ya en prisión, Barankov llevó a cabo una huelga de hambre como protesta por la posible pérdida de la condición de refugiado y la extradición. Barankov tiene en Quito una empresa de transporte logístico, por lo que una vez en libertad retomará sus actividades cotidianas.