María (nombre protegido), quien padece un 71% de discapacidad intelectual, se convirtió en junio de 2011 en una  víctima más de la trata de blanca.

En estado etílico y semidesnuda, la joven de 17 años fue encontrada por agentes policiales en la habitación de una vivienda ubicada al norte de Quito.

Tras receptar sus declaraciones se descubrió que desnuda le habían tomado fotos y fue obligada, con un cuchillo, a mantener relaciones con varios hombres. Sus fotografías habían sido vendidas a un cabaré en Guayaquil, donde iba a ser explotada sexualmente.

Durante el allanamiento policial a la vivienda, además de droga, se encontró ropa de mujer y un vestido de novia. Al parecer, ella no era la única menor que ingresaba al lugar, según sus declaraciones.   

María relató a los elementos del orden que días antes una joven llevaba puesto el vestido de matrimonio similar y  que por ella se pedía rescate, pero que luego no la volvió a ver.

En esos días, el cuerpo de una menor permanecía en la morgue, sin que nadie la reclamara. Sin embargo, María  identificó a esa mujer como la misma que había estado en la vivienda en días pasados.

Los hechos se conocieron en abril de 2011, cuando M. I. C. C., madre de María, denunció la desaparición de su hija  y responsabilizó a Francisco Jacinto Requena Lázaro, de 35 años, del hecho, ya que rondaba a la menor hace algún tiempo.

En las investigaciones correspondientes, la Fiscalía determinó que la joven fue obligada a vender droga cerca de un colegio, al norte de la capital. También se constató que en la vivienda donde estaba retenida la joven se expendían estupefacientes a adultos y niños.

Sentencia condenatoria

Las evidencias y testimonios presentados en el juicio permitieron al Tribunal Cuarto de Garantías Penales de Pichincha  sentenciar a dos años de prisión a Requena Lázaro. Agentes policiales continúan investigando la muerte de la menor que fue reconocida por María.