La directora llenó de colores los muros de la cárcel
La puerta de madera de la oficina, en la que trabajaba Gavis Moreno, permanece cerrada con una gruesa cadena y dos candados. Por ahora no hay quien ocupe el lugar de la directora que murió el martes tras recibir 12 disparos.
La privada de la libertad ‘Quito’ era su ‘mano derecha’. Ella abrazó a la directora antes de que subiera a la camioneta, color blanco, en la que salió por última vez del penal, ubicado en el km 17 de la vía a Daule.
La interna dijo que la funcionaria iría a comprar unos globos y flores para la graduación de las internas (programada para ayer y suspendida) y luego se trasladaría a su casa, ubicada en la Isla Trinitaria, en el sur de Guayaquil.
‘Quito’ recordó que Gavis caminaba sin temor por los pasillos de la cárcel, nunca pedía que la acompañaran las guías. En alguna ocasión hasta llevó a sus hijos.
“No nos veía como presas, éramos personas normales. Si había alguna deprimida la animaba y a las que pasaban ociosas las instaba a tomar algún curso. Nadie se podía quedar sin hacer nada”.
La funcionaria le dio color al centro de rehabilitación femenino. Las paredes que antes estaban despintadas o descascaradas lucen llenas de murales, principalmente alusivos al respeto a la mujer. El favorito de la directora era uno que dice: ‘Ni una menos’, frente al bloque de la administración.
Además, los pabellones dejaron de diferenciarse por números y letras y tomaron el nombre de valientes mujeres de la historia ecuatoriana, como Matilde Hidalgo de Procel, Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña y Marieta de Veintimilla.
A ‘Quito’ le costó aprender los nombres, pero lo hizo ante la insistencia de la directora. “Cuando me sentía mal me decía con cariño: Levántate ‘bruja’ que no estás sola”.
Mamá ‘enojona’
La privada de la libertad Stefanie es vocalista del grupo ‘Las faraonas del amor’. Ella recuerda que poco tiempo de instalarse en la cárcel, Gavis quiso escucharlas. Las artistas prepararon tres canciones, pero a ella le bastó una para darles el visto bueno.
“Desde ahí no nos soltó y hasta grabamos un disco. Creía en la rehabilitación y cuando perdíamos la humildad, recibíamos un recordatorio y a la vez un consejo”.
Stefanie la recuerda como una mamá enojona, que pretendía que todas mejoren. “Aquí luchaba mucho contra la droga e hizo un grupo de apoyo que me encargó a mí y a una guía penitenciaria. No sé si es coincidencia, pero desde ahí estuvo un poco extraña. No dejaba de ser feliz y bromista, pero sí se veía más tensa, diferente”.
Tatiana, una bailarina del grupo, dijo que Gavis confiaba en las internas. “Ella era buena, nos escuchaba y corregía como una madre. Nos aconsejaba y en serio no entendemos por qué pasó esto. No le hacía daño a nadie. Quería mantener el centro penitenciario en orden”.
La joven relató que el último día que la directora estuvo en el penal hizo un casting para elegir a nuevas cantantes y bailarinas, pues dos integrantes recuperaron su libertad. “Nos decía que no dejemos que el grupo termine”.
Jessenia, a quien en la cárcel la conocen como ‘Santana’, contó que desde que fue apresada no tiene familia que la visite. Narró que en Navidad se permitió que los parientes llevaran alimentos “y como yo no tengo a nadie ella me trajo. Era mi familia”.
“Yo me siento hombre y me visto como hombre, y ella nunca me discriminó. Antes me molestaba si yo estaba con la menstruación, me decía que no era posible porque soy un niño. Nos reíamos mucho”, indicó ‘Santana’.
Nuri, en cambio, ayudaba a Gavis a organizar los eventos. “Yo le decía mami, porque así lo sentía. Todas la queríamos y ella no tenía miedo. No sabemos si alguien tenía algún mal sentimiento para ella”. El Jefe del Centro de Detención Provisional (CDP) emite ahora los permisos. (I)