Desaparecidos son la prioridad para nuevo ente
La ex Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase), convertida hoy en Dirección Nacional de Delitos contra la vida, muertes violentas, desaparecidos y secuestros, tiene en sus manos una tarea adicional que lleva algo de esperanza a familiares de aquellas personas que, de forma voluntaria, en ocasiones, o involuntaria, se alejan de sus hogares sin dejar rastro.
La Unase se había ganado el prestigio de ser la unidad policial con un récord del 100% de efectividad en su accionar, uno de los motivos para que las autoridades del Ministerio del Interior decidieran ampliar su rango de acción y que se encargue de la investigación de los desaparecidos en Ecuador.
Las estadísticas señalan que en 2012 se presentaron en el país 422 denuncias de secuestro y plagio, las cuales fueron tramitadas por la Unase y resueltas en su totalidad, o enviadas a otras dependencias policiales, dependiendo del caso.
Sin embargo, aún no está elaborada la hoja de ruta para la implementación del nuevo organismo, ni se ha nombrado a las personas que la dirigirán. Además, todavía se analiza el número de uniformados con los que contaría esta dependencia.
Desde ya, el viceministro del Interior, Javier Córdova, afirma que esta Dirección fortalecerá el trabajo de la Policía, “para que no se den demoras en el inicio de las investigaciones, porque no se ha coordinado con la Fiscalía o porque se inician después de varios meses de sucedido el hecho”.
Además, servirá para que la ciudadanía acuda directamente a un solo sitio, desde donde se dará seguimiento a los casos y se implementarán programas de soporte sicológico a los afectados por el extravío de un allegado. “Así se brindará un apoyo integral, de compromiso con los familiares y ayuda en todo sentido”, asegura Córdova.
DATOS
La Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) se creó el 20 de agosto de 1994, con el apoyo del GIR. La ola de secuestros con fines económicos comenzó en Sucumbíos, en 1992, y tomó auge en los años siguientes.
En principio, sus víctimas fueron habitantes de Nueva Loja, que muchas veces no denunciaron el hecho, sino que pagaron el rescate. Más tarde cayeron funcionarios petroleros estadounidenses y turistas.
En su mayoría son ciudadanos ecuatorianos y colombianos quienes operan con este tipo de actividad delictiva en territorio ecuatoriano a nivel nacionalPero en el tema de las desapariciones la manera de investigar es diferente a la que se hace en casos de secuestros. El coronel Milton Zárate, director nacional de la Policía Judicial, explica que en la problemática de desaparecidos primero se practican indagaciones básicas, como obtener información de la persona, hacer una verificación de dónde fue el último lugar donde la vieron, si existe algún rastro o pista y realizar un estudio del perfil de la persona. “Un poco para tener la idea de quién se trata, qué actividades realizaba y otros datos para conocer más su entorno social son fundamentales en este tipo de investigaciones”, dice Zárate.
Por estos motivos, debido “a su experiencia y el éxito en su labor”, las autoridades decidieron encargar esta tarea a la ex Unase, agrega el coronel de la Policía.
Sin embargo, esto no da una total garantía en el caso de las desapariciones, argumenta Bolívar Cárdenas, general retirado de la Policía y quien dirigió la Unidad Antisecuestros por más de 6 años. Él considera que es un error vincular a la Unase a esta Dirección y que deberían dejarla como unidad independiente. “Esta ha sido (su labor independiente), precisamente, una de las causas para que hayamos tenido tanto éxito; el tema de los desaparecidos es diferente y tiene otras dinámicas de acercamiento e inicio de la investigación, cada caso es distinto al otro y no tenemos experiencia en este campo”, dice Cárdenas.
Por ello opina que además de enviar a otros países a capacitar a su personal, “una mejor acción sería fortalecer a la Brigada de Homicidios de la Policía a nivel nacional y coordinar con los fiscales las indagaciones tendientes a solucionar los casos”.