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El Telégrafo
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Decisiones lentas ponen en la mira a los médicos

Decisiones lentas ponen en la mira a los médicos
12 de agosto de 2012 - 00:00

La responsabilidad por la muerte inintencional  de cuatro neonatos en la sala de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del hospital  Francisco de Ycaza Bustamante de Guayaquil es atribuida a dos especialistas médicos.  

Se trata de Ricardo Alberto Alcívar  Zambrano  y Aracelly  Patricia  Parrales  Cedeño,  señalados como las principales autoridades que debieron ordenar el desalojo del área en la que    se detectó la bacteria.      

Según los  elementos de convicción  de la instrucción fiscal, respecto a la presunta participación  de Ricardo Alberto Alcívar, hubo demoras en la toma de decisiones por parte del procesado que era   jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. 

El expediente del proceso narra que el día sábado 5 de febrero del 2011, entre las 07:50 y las 14:00 fallecieron los neonatos Fernández Zambrano, Moreno Chóez y López Pozo, en ese orden. Pese a ello, según la doctora Shirley Franco, quien estaba de  guardia en la UCIN, desde las 08:00 hasta las 20:00 de ese día,  el jefe del área (Alcívar) emitió una disposición recién cerca de las 19:00, y lo hizo por teléfono. Las acciones por tomar eran el  cierre del área y que se les tomen hemocultivos a los otros niños.

Todo esto ocurrió pese a que la sospecha de la existencia de enfermedades transmisibles, como son la presencia de germen gram negativo, “se registró el jueves 3 y se confirmó el 4 de febrero; no obstante, no se tomó ninguna medida y se postergó cualquier acción hasta saber los resultados de los hemocultivos, por orden de Alcívar”.

El   doctor Jaime Sánchez, médico tratante de la UCIN, fue quien comunicó la novedad al jefe de la unidad. “Yo le comuniqué a mi jefe inmediato  (Alcívar) y él me manifestó que debemos esperar los resultados de los exámenes para tomar medidas”.

Los elementos de convicción contra  Aracelly    Parrales  Cedeño, directora del Área de Gestión Estratégica Hospitalaria,  tienen relación con que “en el hospital no había controles ni políticas claras a seguir para enfrentar un brote infeccioso, pese a que en los últimos dos o tres años ya se habían registrado emergencias de esa naturaleza”.

Entre las falencias identificadas está que el manual sobre el tema de las infecciones intrahospitalaria fue supuestamente  entregado  al personal después  de la muerte de los neonatos. Antes de eso no había el material en el que  consten los procedimientos, lineamientos o normas escritas por seguir en casos de infecciones intrahospitalarias. 

Herrera Arreaga, un recién nacido internado  en el   hospital Francisco de Ycaza Bustamante, consta como el primer neonato fallecido a consecuencia del contagio.  Su muerte ocurrió el jueves 3 de febrero de 2011.   

Ante la muerte repentina de recién nacidos en esa casa de salud, el 9 de febrero   se realizó una inspección ocular del lugar por parte de los agentes policiales de Homicidios y del Departamento de Criminalística del Guayas.

El médico legal del perito de la Fiscalía Provincial del Guayas, Dr. Alberto Ramírez Mazzini, elaboró  el reconocimiento a las historias clínicas de los ocho neonatos fallecidos entre el jueves 3 y el lunes 7 de febrero del   año 2011.

Así se llegó a la conclusión de que cuatro de los ocho  menores fallecidos se habían contagiado con la bacteria denominada Serratia marcescens, que es un bacilo gram negativo que se genera como consecuencia de infecciones nosocomiales.

Mediante audiencia de formulación de cargos, el 9 de agosto de  2011, a las 14:40, ante el juez Tercero de Garantías Penales, Dr. Eduardo Díaz Navarrete, a las 09:00 se inició el proceso penal en contra de    Parrales, Alcívar y  Leuterio  Aurelio  Narea Avilés, quien fue absuelto en el dictamen fiscal.

Hay  contagios  que no fueron la causa de la    muerte de los    niños

Los niños Estrada Mero y Saraguro Yánez   dieron positivo a la Serratia, pero  la investigación determinó que no murieron por la infección.

La  muerte del primero fue producto de un embarazo no controlado con datos de infección de vías urinarias, que presentaba dificultad para respirar. “Se infecta su mano izquierda por lo que se recomienda su amputación. Fallece el 15 de febrero de 2011 por un paro respiratorio”, narra el escrito.

En el caso de  Yánez, si bien hubo un primer diagnóstico con Serratia, el último hemocultivo  salió negativo para esta bacteria. Cuando el niño fue trasladado desde la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) al área de Pediatría  ya no tenía la bacteria, pues esta fue tratada y curada en la UCIN.

Mediante pruebas se confirmó en el neonato Zavala Andrade, también asilado en la UCIN, la presencia de Pseudomona aeruginosa (otra bacteria nosocomial).

Era un recién nacido pequeño para la edad gestacional de 35 a 36 semanas; tuvo trastorno respiratorio grave y presión disminuida, cuya madre tenía  infección en las vías urinarias. Estuvo todo el tiempo con casco cefálico y ventilación mecánica hasta que falleció a los 13 días de nacido. El resultado del hemocultivo practicado el 3 de febrero no dio como positivo a la Serratia.

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