El presidente colombiano, Iván Duque, aseguró que la muerte de Walter Arizala, alias “Guacho”, no es el final de la lucha contra el Frente Oliver Sinisterra.

Desde el 2017, este grupo narcoterrorista protagonizó asesinatos, secuestros y atentados en Ecuador y Colombia. Integrado por exmiembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) rápidamente ingresaron al mundo del tráfico de drogas y en la lucha por obtener sus territorios y millonarios réditos.

Para Ecuador y Colombia la detención de “Guacho” se convirtió en prioritario. El viernes pasado, un equipo élite de las Fuerzas Armadas y de la Policía de Colombia ejecutó un operativo en su contra en el sector de Llorente. En esa acción fue abatido “Guacho” y uno de sus hombres de seguridad, conocido como “Pitufín”.

El Jefe de Estado colombiano felicitó a sus soldados y policías, por el operativo, pero aseguró que su labor todavía no está terminada.

Carlos Landázuri, más conocido como “Comandante Gringo” o “Fabián” fue identificado como el hombre que reemplazaría a “Guacho” en el Frente Oliver Sinisterra.

Él ya es buscado por la justicia de Ecuador, donde tiene una orden de detención por la detonación de un cochebomba en el destacamento policial de San Lorenzo y por el ataque a una patrulla antidrogas en la frontera.

En Colombia también le siguen sus pasos. Su rostro aparece en la lista de difusión roja de Interpol, en la que se menciona su peligrosidad y violencia.

Diario El Tiempo de Bogotá identifica como “alguien que no se considera un disidente de las FARC sino un guerrillero no desmovilizado, que continúa en una cruenta disputa con las ‘Guerrillas Unidas del Pacífico’ para mantener el control territorial sobre cultivos ilícitos y producción de coca”.

Además, relatan que es el encargado de camuflar base de coca en caletas escondidas en zonas rurales de Tumaco, con lo que ha logrado entablar varios negocios con narcotraficantes mexicanos del cartel del Sinaloa. (I)