Celópatas no miden sus actos
Mientras el reloj marcaba cerca de la una de la madrugada, una mujer corría desesperada por las polvorientas calles de la cooperativa Miami Beach, al sur de Guayaquil.
Su objetivo era llegar lo más rápido hasta el domicilio de su vecina Susana del Carmen Luna Mota, madre de una joven que minutos antes había sido puñalada.
Al ubicar la casa, la agobiada moradora tuvo que dar la fatal noticia: “Señora, su hija fue asesinada en su casa por el conviviente”, exclamó.
Era el 11 de marzo de 2011 cuando este hecho causó conmoción entre los habitantes del populoso sector, más aún al conocer como fue asesinada la joven.
La víctima -identificada como Liliana Solange Terán Luna- recibió más de 81 puñaladas en la mayor parte de su cuerpo. Así lo reveló la autopsia, la cual concluyó que la muerte fue causada por una hemorragia aguda interna.
El principal sospechoso en este caso es el ex conviviente de la víctima, John Armando Ladines Zamora, quien luego de registrarse el hecho se dio a la fuga.
Teófilo Luna Valverde, abuelo de la occisa, reconoció en su declaración dada en el juicio que su nieta durante la relación era frecuentemente maltratada por su pareja, por lo que llegaron al punto de separarse por un tiempo.
“Al enterarse de que ella empezó a salir con otro hombre, John Armando con engaños y mentiras la conquistó nuevamente... le dijo que ya no la iba a maltratar, pero los problemas continuaron ya que le pegaba en la casa y en la calle”, narra en su versión.
El caso de Liliana es uno más de los 80 asesinatos contra mujeres que se han reportado en los últimos dos años (2010-2011) en Guayaquil.
El Observatorio de Seguridad Ciudadana revela esta situación al identificar como principal detonante de estos hechos la violencia intrafamiliar: el 41% de los 37 casos registrados el año pasado tuvo relación con esa tendencia.
Para Gabriel Noboa, miembro del Quinto Tribunal de Garantías Penales del Guayas, los casos de muerte contra la cónyuge se da casi en un 90% por motivo de celos, es decir, son perpetrados por celópatas.
En ese sentido, dijo, los hombres suelen llegar a la casa con síntomas de haber ingerido licor y muchas veces estupefacientes, lo que se convierte en un “coctel explosivo”. Más aún, indicó, cuando se suman las críticas y burlas de amigos o familiares que le dicen que han visto a la mujer con otro sujeto. “Al llegar a la casa le reclama a la mujer y la discusión puede finalizar en un hecho violento”.
El temperamento, la educación o los maltratos que sufrió en su infancia el agresor influyen en su perfil psicológico, puesto que cuando es adulto se convierte en una persona sumamente violenta.
Similar opinión tiene Juan Montenegro, jefe del Departamento Médico Legal de la Policía Judicial y quien ha realizado algunos exámenes psiquiátricos a agresores acusados de femicidio.
“Los celos juegan un papel importante en estos casos porque es el timbre que anuncia lo que puede ocurrir... la agresión, la persecución, las llamadas constantes y la desconfianza convierten repentinamente al hombre en un posible homicida e incluso suicida”, detalló.
Dijo que la violencia doméstica en la que se desarrolló el agresor cuando era niño contribuye a la formación de una persona agresiva en el futuro. “Ellos creen es una norma para conseguir lo que quieren”, aclaró.
Otro caso que causó conmoción fue el de Jonathan Camilo López Cadena (condenado a 35 años de reclusión mayor), quien asesinó a su esposa (María Gabriela De Janón González) e hija (Luciana Emilia López De Janón) de 6 años.
Silvia De Janón, hermana de María Gabriela, indicó que este jueves se cumplirá un año de la lamentable pérdida de sus seres queridos, justo el mismo día en que en el mundo se celebra el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo).
Dijo que en memoria a las víctimas se tiene previsto realizar en esa fecha (a las 20:00) una misa en la iglesia de la Kennedy Norte.