Pamela Martínez pide perdón a su esposo y exasistente
Una versión de una hora con 12 minutos, sin formulación de preguntas por Fiscalía ni de los abogados. Así se resume el testimonio anticipado de Pamela M., exasesora del expresidente Rafael C., quien declaró este martes 3 de septiembre de 2019 ante la jueza de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), Daniella Camacho.
Se trató de una de las versiones más esperadas dentro del caso Sobornos 2012-2016, que investiga una trama de corrupción en la que están señalados el expresidente Rafael C., el exvicepresidente Jorge G. y otros altos funcionarios.
La diligencia estaba prevista para las 09:00, en el octavo piso de la Corte, pero la exasesora llegó a las 07:30 con resguardo de dos carros de la Policía Nacional.
Al ingresar a la sala, la procesada se ubicó frente a la jueza; a su izquierda se sentó su abogado, Édgar Molina. En varios instantes de llanto, Pamela M. pidió perdón a su esposo, Jimmy Salazar, y a su exasistente Laura T.
Su versión se realizó de manera cronológica. Detalló los cargos públicos que ocupó desde 2007, entre ellos, jueza de la Corte Constitucional (CC).
Luego habló de sus funciones como asesora presidencial. Ahí explicó que en 2013, Rafael C. le ordenó llevar registros de aportes para Alianza PAIS por las campañas de las elecciones de 2014. Para ello, pidió ayuda a su asistente en ese entonces, Laura T., quien levantó la información en un documento Excel.
Pamela M. dijo que en varias ocasiones recibió dinero en sobres, pero destacó tres entregas fundamentales. Una de Geraldo Pereira de Souza, colaborador de José Conceição Santos, exdirectivo de Odebrecht, quien entregó $ 200 mil a Alexis M., exsecretario Jurídico de la Presidencia.
Las otras dos por $ 300 mil para Viviana Bonilla y para María de los Ángeles D., por parte de las firmas Equitesa y Odebrecht.
La exasesora narró que tras la detención de Jorge G. y la destitución de autoridades por parte del CPCCS Transitorio, Rafael C. la llamó y le consultó si había eliminado la información de esos registros. “Le dije que sí, pero me acordé de que tenía un pendrive con los datos”, dijo, y añadió que lo destruyó metiéndolo en un vaso con agua.
No obstante, la exasesora contó que en 2018 sintió el “impulso” de anotar el proceso en un cuaderno que guardó en su vivienda. El cuaderno fue hallado detrás de la chimenea durante un allanamiento realizado por la Fiscalía. (I)