Casa del supuesto plagio queda junto a oficina
La casa donde supuestamente Paola Díaz y sus 7 hijos permanecieron en contra de su voluntad durante los últimos años hoy está vacía, con la puerta abierta y con pocos indicios que revelen lo que verdaderamente sucedió.
Sobre las paredes del cuarto de los menores hay tarjetas de invitación para una fiesta infantil; en la sala: envases de remedios, recetas, certificados de consultas médicas y hasta un papelógrafo tirado en el piso con rasgos de ser una tarea para la escuela; mientras que en el dormitorio de los adultos solo quedó la estructura de una cama y un cinturón tejido de forma artesanal, casi nuevo. Los muros también conservan los nombres de cada uno de los integrantes de la familia.
La vivienda está situada junto a la oficina administrativa de la hacienda bananera La Florencia, en el recinto Mata de Cacao, perteneciente a la provincia de Los Ríos.
Desde la carretera principal de Mata de Cacao hasta la casa de cemento hay una distancia aproximada de 150 metros. En el camino hay un puente que permite pasar un río y por allí transitan decenas de empleados de La Florencia, unos a pie, otros en moto.
Ese es el lugar donde, según denunció Paola, estuvo secuestrada por su propio esposo, Juan S., desde 2004.
La mujer dijo que pasó encerrada, amenazada con armas e incomunicada desde que era menor de edad, y que llegó al sitio para recuperar a su hijo mayor, pues Juan S. la llamó para devolvérselo y ella fue a la cita pero llevando en brazos a la hija menor.
Paola explicó que ellos formaron un hogar antes de 2004; en ese tiempo tuvieron 2 hijos que vivían en casa de sus padres, en el barrio Santo Domingo del cantón Naranjito, provincia del Guayas; pero eso terminó luego del homicidio de su progenitor.
“Cuando él (Juan S.) mató a mi papá, huyó y se llevó al niño, después me dijo que vaya a verlo, pero yo fui llevando a la bebé porque no tenía donde dejarla; cuando nos vimos, él me amenazó y desde entonces me llevó allá”, aseveró.
Paola relató que Juan S. le hablaba, le apuntaba con el arma y que lo mismo hacía a la hora de comer o dormir. A ese ritmo tuvo 5 criaturas en diferentes casas de salud, pero no pidió ayuda por temor a la reacción de su pareja, aunque decidió contar todo en octubre de este año, cuando salió del sitio para denunciar que el hombre supuestamente violó a una de sus hijas.
No obstante, algunos de los trabajadores de la finca y pobladores de la zona manifestaron que no evidenciaron comportamientos extraños, incluso afirmaron que a los pequeños los vieron en matinés y que Paola recibió visitas.
El 3 de diciembre Juan S. quedó detenido y le abrieron una instrucción fiscal por el presunto delito. Durante el operativo encontraron armas de fuego, pero sus compañeros de labores aseguraron que él trabajaba como guardia en la hacienda, por eso las tenía.
Las investigaciones
Los agentes policiales que siguen el caso dijeron que manejarán con cautela toda la información que recopilaron y la que obtengan a futuro, para no arruinar el trabajo realizado hasta el momento.
Mientras que la familia del aprehendido expresó que él no ha cometido ningún delito y que cuentan con evidencia suficiente para demostrarlo.
El fiscal Carlos Churta declaró que cualquier elemento válido será tomado en cuenta en la instrucción por plagio y posesión de armas que, según el plazo estimado, culminará el 3 de marzo de 2014, fecha en que aclararán si se cometieron o no los abusos y si hay más involucrados, los mismos que deberán responder por sus actos.
La indagación por la presunta violación, dijo, continúa en trámite, y en cuanto al homicidio del padre de Paola, hecho del que Juan S. confesó ser autor, sucedido en 2004, corresponde a otro despacho.
Retorno a Santo Domingo
Paola Díaz ahora permanece junto a su familia, pero esto no significa que esté tranquila. Cada vez que escucha un sonido raro busca a sus hijos para confirmar que no les pase nada.
Pasa las noches en una casa de caña, en el mismo terreno que vive su madre, quien aseguró que no la veía desde los 16 años y pensó que Juan S. la había matado, al igual que hizo con su esposo. “Yo solo quiero tener un trabajo para mantener a mis hijos”, mencionó Paola.