Carmen: "Henry siempre trataba mal a mi hijo"

Los habitantes del sector Yanasacha, en la parroquia Baños del cantón Cuenca, aún no salen del asombro tras el asesinato de un niño de apenas un año y cuatro meses de edad, el último fin de semana.

Carmen Maxi, su madre de 21 años, recordó que el sábado anterior salió a ordeñar una vaca como a  las 17:00 y su pequeño se quedó en la casa que arrendaba y compartía “con un amigo suyo”. “Yo lo dejé dormidito en la cama y cuando regresé a las 6 de la tarde me encontré con mi hijo muerto”, manifestó la mujer.

Según la madre, su compañero de habitación, de nombre Henry, había regresado al cuarto llevando un “codo” (elemento de gasfitería) para arreglar el agua de la casa. “Cuando llegué, Henry me dijo que estaba llorando el guagua y que lo había puesto en el andador, pero no se movía”. Tras ver así al menor llamó a los vecinos, “lo sacaron del andador y vieron que tenía sangre en la cabeza y allí fue cuando nos dimos cuenta de que tenía el cráneo destrozado”, dijo la joven mujer. Supuestamente el agresor golpeó al menor contra el filo de la cama  hasta matarlo.

“Henry no quería que llamemos a la Policía y que más bien lo enterremos sin decir nada a nadie para no meternos en problemas”, indicó Carmen.

La joven mujer conoció a Henry, supuesto agresor, ya que es cuñado de una de sus primas y juntos fueron a trabajar en una de las haciendas de la parroquia Baños.

“Ya estábamos laborando un mes  con él en la hacienda y compartíamos el mismo cuarto”, dijo, aunque indicó que solo eran amigos del trabajo. La mujer recordó que nunca hubo una buena relación de Henry con su hijo desde que se conocieron, “siempre le reclamaba por qué trataba mal a mi hijo”, indicó.

Henry C., de 20 años, está con prisión preventiva para investigaciones por el presunto delito de asesinato, cometido en contra del infante. Adrián Rojas, fiscal del Azuay, informó que el juez que conoció la causa dio 30 días de instrucción fiscal.

Agregó que el presunto agresor había confesado que tenía fobia a la bulla de los niños, razón por la que, se supone, golpeó al pequeño contra la cama. De ser hallado culpable sería sancionado con una pena de 22 a 26 años de prisión. (I)