Capitán de buque es uno de los fallecidos
Cuarenta años dedicados a las faenas de pesca terminaron abruptamente para Igor Hamilton López Ríos, tras perecer en alta mar a consecuencia del naufragio del buque pesquero “Tuna 1”, del cual era capitán.
Ayer, tras ocho días del suceso ocurrido a 200 millas náuticas de las islas Galápagos, el cuerpo sin vida de López, de 59 años de edad, fue velado en la Sala Fe del camposanto Jardines de Esperanza, en medio del dolor de sus familiares, amigos y vecinos de la ciudadela Martha de Roldós, al norte de Guayaquil, donde residía junto con su familia.
Con la mirada fija, en el piso, como recordando episodios vividos junto con su esposo, Alexandra Farías relató que era tanta la afición de López por navegar que continuó sus labores a pesar de que perdió la pierna izquierda, hace 24 años, cuando el barco que tripulaba chocó contra otro.
Desde ese percance, López utilizaba una prótesis, pero su experiencia al frente de buques pesqueros se extendió a varias compañías asentadas en los puertos de Anconcito, Posorja, Guayaquil y Manta, este último era sede de Tuna Export PH Paladines, propietaria del barco que zozobró.
Uno de los más afectados en el velatorio fue Peter López, de 28 años, hijo mayor del fallecido, quien relató que la última vez que vio a su padre con vida fue, el pasado 15 de marzo, horas antes de que viajara hacia Manta para emprender la que sería su última travesía.
Doña Alexandra agregó que su esposo tenía la costumbre de llamarla los domingos para contarle los pormenores de su trabajo y, a la vez, saber las novedades de la casa.
Recordó que el último domingo que hablaron, López le preguntó, cariñosamente, a dónde pensaba pasar el feriado de Semana Santa, a lo que ella replicó que por qué le hacía la pregunta y que aún no sabía.
El ahora occiso solo se limitó a comentarle que “cuidado y se le dañaban los planes, que uno nunca sabe lo que puede pasar”.
Doña Alexandra asocia esa frase con una supuesta premonición con lo que iba a pasar, a solo 48 horas de la conversación.
El jueves, a las 22:00, doña Alexandra se enteró del percance, por medio de la prensa, y a las 09:00 del día siguiente, funcionarios de la empresa que trabajaba su esposo le notificaron de su deceso.
Los gastos exequiales fueron asumidos por la empresa, informó la viuda, quien agregó que también le han ofrecido dar una supuesta indemnización económica, como resultado de un seguro de vida del que gozaba el trabajador.
El sepelio de López estaba programado para ayer, a las 17:00, mientras los 14 sobrevivientes del naufragio aún se encuentran asilados en la clínica del Sol, en Manta, recuperándose de las quemaduras y deshidratación sufridas.
Las labores de rescate, por parte de la fuerza naval, continúan en la zona para localizar a los tres pescadores desaparecidos en el naufragio y son identificados como Marco Chinga Mero, Simón Delgado Rodas y Víctor Castillo Lucas.