La ministra de justicia destaca que se trabaja en la rehabilitación de los jóvenes
‘Ángel’ se recupera de su adicción a la ‘H’ cumpliendo sanción por robo
Ángel tiene 15 años y hace menos de un mes dejó de consumir la droga conocida como ‘H’. Cuenta, con la cabeza agachada, que lamenta haber hecho sufrir a su familia, sobre todo a su madre y a su abuelita.
El consumo de drogas lo llevó a juntarse a quienes ahora sabe que no fueron sus amigos, sino personas que se aprovecharon de su corta edad para introducirlo en el mundo de la delincuencia. Lo convencían dándole las sustancias que no siempre podía conseguir solo.
En el colegio conoció la droga a los 14 años. Empezó consumiendo marihuana y después ‘H’. “El verdadero nombre es heroína, pero a veces la combinan con otras cosas que la hacen aún peor. Si usted no la consume tiene unos dolores terribles, no puede dormir, es feo”, expresa.
Ángel ahora está aislado en el Centro de Adolescentes Infractores (CAI) de Guayaquil, ubicado en las calles Gómez Rendón y Babahoyo, en el sur de Guayaquil.
Ángel mide cerca de 1,70 cm, es delgado y sus ojos achinados reflejan tristeza. Los compañeros del centro le dicen ‘pintero’ (guapo).
“Yo caí (detenido) aquí un domingo y como no consumía me empezó un dolor horrible en la espalda. Lloraba durante la audiencia, estuve una semana y dos días sin poder descansar, ni comer. Me daban una cucharada de sopa y vomitaba”, manifiesta el joven, quien está convencido de que si hubiera conocido el daño que le causaría consumir, nunca lo hubiera hecho.
“Yo era un muchacho normal, pero un día unos compañeros me dijeron prueba esto y pensando que no sería tan grave accedí. Además, por mi casa había un traficante y me uní a él porque me daba la droga. Por él caí preso”, relata.
Su detención se registró en el norte de la urbe. Narra que sus “amigos” operaban en un carro interceptando a otros conductores para robarles las pertenencias. Sobre todo a quienes estuvieran descuidados y estacionados. “Ese día me mandaron a quitarle las cosas a una chica que estaba buscando algo en la cajuela, mientras ellos la amedrentaban con el arma. Le quité el celular y me puse nervioso, salí corriendo y fui a mi casa”.
‘Ángela’, la madre del menor, revela que ahora que su hijo está en el CAI lo ve mejor, podría decirle que su detención fue “una desgracia con suerte”. Ella quiere verlo recuperado, pues cuando se drogaba se volvía agresivo y desobediente.
“Recuerdo que ese día, antes de que lo capturaran, 2 hombres lo fueron a buscar a la casa para, supuestamente, ir de compras a la Bahía. Dos horas después mi hijo llegó asustado y me dijo que le escondiera un celular”, cuenta llorando.
Luego, llegaron otra vez esos tipos y le pidieron que fuera con ellos. El adolescente salió sin escuchar a su madre. “Esos hombres lo entregaron y le pedían que ‘se echara’ la culpa por ser menor de edad. Los perjudicados lo reconocieron”, explica la madre, quien ha criado sola a 4 hijos, 2 de ellos con problemas de adicción “Una madre debe dejar todo por su hijo, así este consuma. Hay que buscar un centro de rehabilitación”, enfatiza.
‘Ángel está en la fase A del CAI, donde permanecen los chicos de entre 12 y 15 años. Ahí pasará 3 meses.
“Ahora ya me siento con ánimo. Antes no tenía fuerzas para ninguna actividad. Quiero salir y seguir estudiando porque me quedé en primero de bachillerato”.
Ledy Zúñiga, ministra de Justicia, indica que ‘Ángel’ estuvo al borde de la muerte por su adicción. “Una vez que llegó al centro pudimos intervenir, pero necesita continuar su tratamiento. Estamos gestionando para que al cumplir su medida de internamiento acceda a procesos de rehabilitación en cuanto al consumo de droga”, agrega.